Sobre el "problema" de la distribución del ingreso

Claudio Palavecino 10 Sep 200910/09/09 a las 18:51 hrs.2009-09-10 18:51:10

El desarrollo del juego del mercado ha de dar lugar necesariamente a que, en todo momento, algunos ciudadanos dispongan de más ingresos que otros, lo que generalmente comporta que muchos estimen que reciben menos de lo que creen realmente merecer. No es por tanto sorprendente que tantas veces se pretenda corregir coactivamente tales diferencias. Lo cierto, sin embargo, es que es producción total que supuestamente siempre está disponible sólo surge porque, al remunerar a los distintos actores, el mercado deja al margen toda consideración sobre el mérito o la necesidad. Las diferencias de ingresos resultan imprescindibles para atraer hacia los adecuados puntos del sistema productivo la atención de quienes disponen de determinada información, medios materiales o capacidad personal para potenciar así al máximo el volumen de la producción final. Serán quienes prefirieron gozar de la tranquilidad de unas rentas seguras de tipo contractual –y de tal modo evitaron tener que enfrentarse a una realidad económica siempre cambiante- quienes luego se escandalicen ante los elevados ingresos logrados por quienes, por el contrario, afrontaron un esfuerzo acertado y tenaz, facilitando a la sociedad la más adecuada utilización de los recursos disponibles.
Los elevados ingresos obtenidos por aquellos a quienes favorece la fortuna, sea por mérito propio o por circunstancias meramente fortuitas, son un elemento esencial del mecanismo que garantiza que los recursos se empleen en las aplicaciones que más potencian ese fondo común del que todos, en algún momento, tomarán su parte. El volumen total de producción sería inferior si no se considerara justa la percepción de esos beneficios, puesto que es la expectativa de ese mayor nivel de bienestar lo que induce a ciertos individuos a maximizar sus aportaciones al fondo. Por tal razón, en determinadas ocasiones, debe considerarse justo que ciertas personas disfruten de niveles de ingresos especialmente elevados; y, lo que es más importante, quizá ello sea imprescindible para que la sociedad logre que gente menos emprendedora, hábil o afortunada disponga, pese a todo, de una corriente suficiente y segura de ingresos.
Esa desigualdad de renta que a tantos molesta ha sido la condición imprescindible para alcanzar el alto nivel de vida logrado por la civilización occidental. Hay quienes consideran que un descenso de ese nivel de vida –o por lo menos una disminución de su tasa de crecimiento- no sería un precio demasiado elevado a pagar por lo que ellos piensan que sería una más justa distribución de la riqueza. Ahora bien, hoy en día el problema tiene implicaciones de mucha mayor trascendencia debido a que, por el propio funcionamiento del mercado, que tan escasa atención presta a las cuestiones relativas a la equidad pero que tan eficazmente potencia la capacidad productiva de la colectividad, la población mundial ha aumentado a tan elevado ritmo (sin que, desde luego, los ingresos de todos se hayan incrementado en la misma proporción), que únicamente podrá ésta sobrevivir (y lo dicho es aplicable naturalmente a las generaciones futuras) si la sociedad sigue sacando el máximo provecho posible de ese mismo juego que tanto contribuye a aumentar la producción.

Friedrich v. Hayek: El atavismo de la justicia social, 7.
Última Modificación 10 Sep 200910/09/09 a las 19:21 hrs.2009-09-10 19:21:10
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  • Claudio Palavecino

    7 Oct 200907/10/09 a las 15:09 hrs.2009-10-07 15:09:07

    Estimado Francisco, ciertamente, el mundo pide más regulación y más gasto social tras la crisis. "Chile quiere más Estado", ha dicho un candidato. Habria que estudiar con cuidado qué nuevas regulaciones se requieren (suponiendo que se requieran, lo cual no tengo nada claro) o por qué razones no funcionaron las existentes ya que todas en todas las economías del mundo regulan los mercados en mayor o menor medida. Ni en Europa ni siquiera en USA los mercados financieros son el far west, como pretenden hacer creer los enemigos de la libertad. Lo que me lleva a plantear la legítima duda si mayores regulaciones evitarán futuras crisis. Son cosas difíciles de comprobar y por tanto terreno fértil para la especulación, las falacias y los sofismas. Un dato cierto es que, tras el impacto devastador de la crisis del '29 en Chile, el curso de al política económica giró radicalmente en la dirección que hoy propugnan los enemigos de la libertad, postergando 50 años el despegue económico del país. Ojalá no nos volvamos a equivocar.

  • Francisco Bustos

    7 Oct 200907/10/09 a las 00:27 hrs.2009-10-07 00:27:07

    Sin embargo de eso no podemos deducir que el Mercado es el paradigma de la eficiencia. La eficiencia del mercado no es Paretiana (que es la que entiende que “una transacción superior (…) es aquella que mejora la posición de al menos una persona, sin empeorar la posición de nadie.”), sino que más bien responde al criterio Kaldor-Hicks o de maximización de la riqueza (este criterio permite explicar que la riqueza de la sociedad aumente, aunque la posición de alguna persona podría verse menoscabada en el proceso.) Al decir los economistas que el libre mercado es eficiente más de un 90% de las veces se basan en el criterio K-H, que en los criterios paretianos.

    El problema surge aquí al preguntarnos ¿quiénes son los mayores beneficiados? Sobretodo en un tiempo de crisis como esta la pregunta no es menor. La actual situación que atraviesan las distintas economías del mundo no se debió a un problema o una falla del capitalismo. La crisis no es un defecto, no es que algo haya salido mal; sino que es consecuencia directa del libre juego y la falta de regulación (que son herramientas que conocimos en crisis anteriores, y que ayudaron a superarlas, pero parece que hemos olvidado).

    Se podrá decir que esta es tan sólo una crisis cíclica, lo que parece disminuir aparentemente su efecto. Sin embargo cada una de las crisis cíclicas del capitalismo al ser cotejadas con estudios demográficos revelan una dramática disminución de la población. (Si bien en sus origenes el capitalismo permitio una revolución demográfica inédita en la historia, las crisis también provocan grandes problemas demográficos). Aún no se ha hecho un estudio concluyente de esta crisis, pues no se sabe hasta cuando duraran sus efectos, pero recientemente un informe de PMA (Programa Mundial de Alimentos de la ONU) señalo que el número de personas superó este año el record de 1000 millones de hambrientos... (eso es 1 de cada 6 seres humanos), y que el nivel de ayuda internacional (el más bajo en 20 años sólo cubriría a lo sumo la tercera parte). Por esto, me atrevería a apostar que los resultados demográficos serán incluso más perniciosos que en otras crisis. El mismo informe señala "Resolver la crisis alimentaria costaría menos del 0,01 por ciento del paquete de rescate de la crisis financiera mundial"

    Además en tiempos de crisis ocurren situaciones verdaderamente irracionales (a ojos poco liberales) como puede ser la quema de alimentos para estabilizar los precios. Claramente hay problemas del sistema que no se solucionan con "más libertad", sino con más regulaciones.

    Saludos

  • Francisco Bustos

    7 Oct 200907/10/09 a las 00:10 hrs.2009-10-07 00:10:07

    Profesor y compañeros:

    Profesor, esta vez tiene ud. un punto muy importante. Uno de los grandes problemas de un Estado fuerte es el gasto que implica la burocracia. Un ejemplo lo podemos ver en que en muchos casos al llegar una nueva administración por ejemplo ante la imposibilidad de echar al personal administrativo se contrataba más gente, y habian dos o tres personas cumpliando la misma función. Respecto del gasto social es evidente que hay que hacer reformas, muchos estudios concuerdan en que una buena parte de las platas para gasto social se gastan en la repartición de este. En todo caso, como bien señala David, los avances en politicas sociales han sido significativos en muchos sectores, pero podrían ser mayores. Desperdiciar cerca de la cuarta parte del gasto social en repartir la plata es un lujo que no podemos darnos.

  • Claudio Palavecino

    25 Sep 200925/09/09 a las 00:38 hrs.2009-09-25 00:38:25

    Estimados "franciscos" y David:
    Tengo la impresión que ustedes son más indulgentes que yo con las políticas públicas de reasignación del ingreso. Parafraseando lo que dicen acerca del capitalismo, podría yo afirmar que, efectivamente, hay una suerte de "chorreo" de las exacciones fiscales desde el "alambique" estatal hasta los más pobres de la sociedad. "Algo llega" (como dije en un posteo anterior ¡quién podría negarlo!). Algo llega, sí, pero tras un tortuoso camino a través del alambique. Algo llega tras incontables circunvoluciones, desviaciones y evaporaciones. Unas cuantas gotitas finalmente tocan la boca de los sedientos. Me temo que la reducción significativa y sostenida de la pobreza en Chile se deba al cambio de paradigma económico y antes que a las políticas públicas de los últimos 20 años.
    Según todos los historiadores, durante la República parlamentarista los presidentes llegaban ricos al cargo y salían arruinados y pobres del mismo. Curiosamente, a partir del '25 (salvo honrosas excepciones) llegan de clase media a la presidencia y salen de ella millonarios (no sólo ellos, sino sus parientes y amigos y parientes de amigos y amigos de parientes). Queda claro a quiénes son los principales beneficiados con las exacciones a los privados.
    La cuestión de fondo tiene que ver con la eficiencia de las políticas públicas. Hay mil pruebas de que son ineficientes. No cumplen su objetivo o lo hacen a un costo superior que el mercado. Parte de esos costos son las distorciones y perturbaciones económicas que alejan todavía más las posibilidades de superar la pobreza extrema. Les recomiendo, especialmente a David, que me pregunta sobre qué bases afirmo estas cosas, la lectura de los estudios de Libertad y Desarrollo, cuyo link he subido a la sección "enlaces".

  • David Amiama H.

    18 Sep 200918/09/09 a las 14:53 hrs.2009-09-18 14:53:18

    Profesor, no se con que bases sostiene que el mantenimiento de políticas publicas destinadas a favorecer a los sectores más necesitados no produce ningún resultado. Por el contrario, tengo entendido que bajo todos los estándares y mediciones existentes se demuestra que ha habido una reducción significativa y sostenida de la pobreza en Chile desde los años 90 (periodo en que se inician estas políticas por parte del gobierno).

    Mientras la pobreza sea percibida como una herida abierta uno no debería esperar una reacción distinta a una inmediatista. Y es que no es menor la importancia que puede alcanzar a tener la ayuda estatal para una familia que tiene que arreglárselas para poder llegar a fin de mes.

    Su ud. me dice que 20 años de “políticas asistenciales” no han hecho desaparecer la pobreza le puedo asegurar que casi 200 años de expansión económica sin estas políticas tampoco han hecho mucho más que mantenerla. Ahora tampoco hay que negar que hemos tenido avances como país, está demás decir que el aumento de la capacidad del gasto del Estado solo se explica por un periodo previo de crecimiento de la economía.

    Obviamente no vamos a salir del subdesarrollo a través del “asistencialismo”; una solución profunda y real al problema a largo plazo implica crecimiento. Ciertamente que las medidas estatales que generaron este debate tienden a reducir este crecimiento económico pero tampoco se le puede pedir a la gente que apoye y trabaje para un modelo que no ofrece ningún cambio ni beneficio para el día a día sino que promete para futuras generaciones.

  • Francisco Bilbao B.

    13 Sep 200913/09/09 a las 19:37 hrs.2009-09-13 19:37:13

    Concuerdo ciertamente con que de una u otra manera es necesario que se refuerce la inversión, el emprendemiento etc. Pero no olvidemos que si por un lado la administración de ha enriquecido (como u.d señala), no neguemos tampoco que los privados se han enriquecido enormente jugando sucio con políticas públicas, que muchas veces no tenían detrás esas malas intensiones.
    Al final el abrir o no abrir las puertas a ese emprendimiento, flexibilizar nuestro sistema laboral, etc. Puede ser muy positivo, pero sólo en la medida en que personas se atengan a las normas. De nada sirve reformar (pero de todas formas hace falta) si finalmente vamos a buscar para nuestra inversión y creación de riqueza, el burlar lo establecido, pasando muchas veces por encima de las personas que están en las capas más bajas de la sociedad.
    Creo que el problema va un poco más lejos de lo que plantea Hayek (algo meramente económico al parecer), y de si abrimos o no nuestro país a un cambio más "liberalizador" por decirlo de alguna manera. Me parece que en el global de la sociedad, se ha de buscar como efectivamente podemos dar la herramientas a todos para que eso sea posible, para que todos tegamos incidencia en el partido, y no miremos desde la banca como algunos lo manejan, sean los privados posibilitados para la inversión, como la administración..
    Lógico es lo que dice Hayek si consideramos el sistema capitalista, o sea, no hay porqué restar ingresos de un lado para dar al otro, dado que es (la persona) efectivamente un producto más caro, y sobre él, recaen más responsabilidades, que de una u otra manera aportan tanto a la producción como al mejor pasar de la sociedad. Pero no podemos negar que, como dice David, si no se soluciona el problema de las paupérrimas condiciones (en las que parece que todos acordamos), no entregamos un posibilidad, real, válida y efectiva para dar pie a que funcione lo que el profesor busca como un sistema idóneo, digamos el espacio para mejorar la inversión y el emprendimiento. Es cosa de ver con la poca armonía que se han llevado los colegios municipalizados (supuesto mecanísmo descentralizador), o llegar al extremo de tener un candidato que el año pasado ha usado información privilegiada de la bolsa en beneficio para sí.

  • Francisco Rocca

    13 Sep 200913/09/09 a las 19:32 hrs.2009-09-13 19:32:13

    Creo yo que el problema de la distribución de la riqueza no es las diferencias abismales entre empresarios exitosos vs. el común del país. Esta diferencia, que puede parecer inhumana, es un precio que parece justo para, como bien dice, desarrollar al máximo la civilización que se ha levantado en estas bases.
    Ahora bien, es importante determinar que, aunque ha sido base de nuestro desarrollo, no lo hace algo bueno, ni inamovible.
    El constante desarrollo de la civilización tiene como base la propia superación del sistema y la mejoría de las fallas sustanciales de este. Claro ejemplo, es el del desarrollo de un mercado moderado por el Estado, modelo impensable en los inicios del capitalismo. Así, parece claro hoy, para cualquier mente medianamente pensante, que el problema de la distribucion de ingresos es innegable, y que debe ser superado.
    Creo que el quitar toda plusvalía al empresario es una teoría bastante superada, pero el reglamentar el teórico "chorreo" de las riquezas sí reportaría un innegable beneficio a la nación, y sería perfectamente sustentable en el modelo de mercado existente.

    p.d: Difiero con el profesor al usar el término "coactivamente" a la redistribución. A mi parecer los estériles intentos de los últimos veinte años de hacer un mercado más social (independiente del resultado), apuntan más a políticas públicas de incentivo, que a un método represivo "coactivo" con toda la carga negativa de dicho término.

  • Claudio Palavecino

    13 Sep 200913/09/09 a las 17:54 hrs.2009-09-13 17:54:13

    Estimado David,
    Coincido plenamente contigo en "que es indigno e injusto vivir en la pobreza con todo lo que eso conlleva; que es indigno e injusto pasar el día entero en un consultorio médico, mandar a sus hijos a un liceo que a futuro no les dará ninguna oportunidad real para salir adelante, etc, etc, etc.. y que quizás [esa gente] “merece” algo mejor."
    En Chile, llevamos veinte años de Democracia, de interés por "la gente" y veinte años de políticas asistenciales y de ingentes recursos públicos destinados a financiarlas y las cosas están más o menos como tú mismo las describes gráficamente: vomitiva.
    Creo que es hora de preguntarse a quiénes han enriquecido finalmente esas políticas. Desde luego no a "la gente", pero sí a miríadas de burócratas y parientes y amigotes de burócratas que ganan licitaciones y cargos publicos en una Administación que crece (y daña) como el cáncer.
    Ante esa evidencia también uno debe preguntarse si el camino correcto para eliminar la desiguadad ofensiva es persistir en el asistencialismo e incrementar las exacciones a los privados, porque, como decía un compañero en las clases, finalmente "algo llega" a los más pobres o apostar por la libertad y favorecer la inversión, el emprendimiento y la creación de riqueza y empleo.

  • Claudio Tapia A.

    13 Sep 200913/09/09 a las 17:14 hrs.2009-09-13 17:14:13

    David estoy completamente de acuerdo contigo, pero (lamentablemente para mi visión del asunto al menos) las consideraciones de equidad y proporcionalidad, son inútiles plantearselas al discurso liberal a la Hayek o a la Nozick (creo que a la Rawls es aún posible plantear ciertas replicas, tampoco necesariamente grandes replicas), términos como justicia, equidad, se "diluyen" esto al menos Hayek lo dice literalmente;
    1)Texto "El Atavismo de la Justicia Social" (Friederich V. Hayek)
    Pag 1 “he llegado a la conclusión de que, en referencia a una sociedad de hombres libres, la frase (JUSTICIA SOCIAL) no tiene ningún significado.
    “he llegado a considerar la "justicia social" como sólo una fórmula vacía, usada convencionalmente para afirmar que una demanda particular se justifica sin dar ninguna razón”
    “El término "justicia social" es usado generalmente hoy como un sinónimo de lo que solía llamarse "justicia distributiva". Esta última expresión, entrega quizás una mejor idea de lo que puede entenderse por ella, y al mismo tiempo muestra por qué no puede aplicarse a los resultados de una economía
    de mercado: no puede haber justicia distributiva donde nadie distribuye.”
    Pag 2 “Los individuos podrían conducirse en la forma más justa posible, pero como los resultados para cada uno no serían ni propuestos ni previsibles para otros, la situación que de ello resultara no podría ser calificada de justa ni injusta.”
    2) Texto "Los principios de un orden social liberal" (mismo autor)
    Pag 16 "No puede haber reglas que determinen cuándo "debe" tener cada cual, a menos que formulemos una concepción unitaria sobre los "méritos" o "necesidades" relativos de los diferentes individuos, para lo cual no existe una medida objetiva, base para una asignación central de todos los bienes y servicios; lo que haría necesario que cada individuo, en vez de usar sus conocimientos para sus propósitos, estuviera hecho para cumplir un deber que le hubiera sido impuesto por otro, y que fuera remunerado de acuerdo a cuán bien haya cumplido su deber en la opinión de los demás. Este es el método apropiado de remuneración en una organización cerrada, tal como el ejército, pero irreconciliable con las fuerzas que mantienen"
    un orden espontáneo."

    Saludos.

  • David Amiama H.

    13 Sep 200913/09/09 a las 15:01 hrs.2009-09-13 15:01:13

    “El desarrollo del juego del mercado ha de dar lugar necesariamente a que, en todo momento, algunos ciudadanos dispongan de más ingresos que otros…”

    Ok, pero será necesario que sea tanta la diferencia… que haya personas que ganen $165.000 mientras que otras ganen más de 20 o incluso 40 veces lo mismo; 4 o incluso 8 millones?

    Es que claramente lo que una persona de escasos recursos cree “merecer” no viene dado por el modo en que el mercado la valora. Todo lo contrario, lamentablemente debe pensar o sentir (quizás por un desfase mental causado por la misma inhabilidad o poco nivel de emprendimiento que lo hizo ser pobre) que las personas “nacen en igualdad de dignidad y derechos”. Y que es indigno e injusto vivir en la pobreza con todo lo que eso conlleva; que es indigno e injusto pasar el día entero en un consultorio medico, mandar a sus hijos a un liceo que a futuro no les dará ninguna oportunidad real para salir adelante, etc, etc, etc.. y que quizás “merece” algo mejor.

    Una cosa es la pobreza y otra la desigualdad; si este país tuviera un nivel de bienestar mínimo digno o decente la desigualdad no sería tema. El problema es que mientras no sea así la enorme riqueza de unos se ve obviamente como causa o quizás como una herramienta para paliar la carencia de otros. Al final son los mismos recursos económicos (naturales, materiales o humanos) de una misma colectividad los que están favoreciendo tanto tan sólo a una pequeña parte de ésta.

    “Los elevados ingresos obtenidos por aquellos a quienes favorece la fortuna, sea por mérito propio o por circunstancias meramente fortuitas, son un elemento esencial del mecanismo que garantiza que los recursos se empleen en las aplicaciones que más potencian ese fondo común del que todos, en algún momento, tomarán su parte.”

    …pero cuando y en que proporción?

    Y por supuesto que la desigualdad es un problema (sin comillas), además de ser vomitiva irremediablemente lo que le sucede a la sociedad termina afectándole a uno.. y a veces incluso ésta se encarga de que así sea como en los aniversarios del 11.