![Claudio Palavecino](https://static.u-cursos.cl/r/usuario/ae/ae26fd8ef4d1924cd0d6e6d8c360a49c/datos_usuario/av_5141c5cc6e4c5.jpg)
El poder sindical con Obama
Claudio Palavecino 14 Oct 200914/10/09 a las 10:10 hrs.2009-10-14 10:10:14
Gary S. Becker
Profesor de Economía de la Universidad
de Chicago y Premio Nobel
Los más grandes sindicatos de Estados Unidos —incluyendo el de trabajadores de la industria automotriz y también del acero— le dieron su total apoyo a Barack Obama durante las elecciones presidenciales. Contribuyeron con más de 400 millones de dólares y el trabajo de cientos de miles de voluntarios. Ese apoyo logró rotundas victorias en estados industrializados, como Michigan, Wisconsin, Ohio y Pensilvania.
Los sindicatos esperan su recompensa y apoyan el proyecto de ley que facilitaría considerablemente la certificación de nuevos sindicatos, eliminando la votación secreta de los trabajadores para crear el sindicato. Pero existe oposición tanto de demócratas como republicanos en el Congreso y no está claro si ganarán los sindicalistas.
El rescate de General Motors y de Chrysler ha sido otro gran esfuerzo para ayudar a los sindicatos. En este caso, el gobierno de Obama gastó decenas de miles de millones de dólares de impuestos de los contribuyentes para ayudar a esas empresas. Yo estimo que el gasto federal en GM y Chrysler va a alcanzar o a exceder los 100 mil millones de dólares. Una alternativa mucho más adecuada habría sido declararlas en bancarrota en otoño del año 2008, cuando estaban perdiendo mucho dinero. Después de un año hubieran emergido del proceso de bancarrota con mucho menos deudas y obligaciones en cuanto a salarios, beneficios médicos y pensiones. Pero el resultado fue que los contribuyentes terminaron pagando por todo eso. Entonces GM y Chrysler, sin ayuda adicional, habrían podido competir con las marcas de automóviles extranjeros producidos tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Pero, en lugar de la bancarrota y para afectar lo menos posible a los miembros de sindicatos, el gobierno de Estados Unidos se convirtió en el principal dueño de GM y Chrysler. Y la más exagerada e inquietante ayuda a los sindicatos fue la reciente imposición de un arancel de 35 por ciento a cauchos importados de China, sin que se haya determinado ninguna práctica comercial ilegal por parte del gobierno chino ni de fabricantes de cauchos de ese país. Se trata de un horrible precedente porque nunca antes un Presidente de Estados Unidos había actuado de esa manera y ello puede fomentar a otros gobiernos a actuar de la misma forma.
Los sindicatos también lograron incluir el mandato de “comprar productos americanos” en los 787 mil millones de dólares decretados bajo paquete de estímulo, a pesar de las objeciones de muchos países extranjeros. La disposición de comprar productos americanos para estimular el empleo no se diferencia de imponer aranceles para reducir importaciones y aumentar así la demanda de productos nacionales. Ambas medidas son inconsistentes con el libre mercado e invitan a la aplicación de represalias de otros países.
Los políticos en las democracias suelen complacer a ciertos y determinados grupos, pero eso no beneficia a la mayoría de la población, sino a pequeños grupos poderosos. En relación con esto debemos recordar que apenas ocho por ciento de los estadounidenses que trabajan en el sector privado son miembros de sindicatos. El resultado de las recientes políticas impuestas por Washington será una economía menos eficiente, lo cual perjudica a todos los consumidores y a la gran mayoría de trabajadores que no pertenecen a sindicatos.
Compartir | |
---|---|
Última Modificación | 14 Oct 200914/10/09 a las 10:10 hrs.2009-10-14 10:10:14 |
Vistas Únicas | 0 |
Comentarios |
|