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Seguros de salud
Claudio Palavecino 21 Abr 201021/04/10 a las 11:50 hrs.2010-04-21 11:50:21
Sólo el ocho por ciento de las personas que comienzan a trabajar escoge una isapre como seguro de salud, según cifras difundidas por la superintendencia del ramo. Esto significa que gradualmente el sistema privado irá perdiendo peso relativo, pues en la actualidad cubre al 16 por ciento de la población, y hace menos de 10 años llegaba al 20 por ciento. De continuar esta tendencia, el sistema de isapres se reducirá, pero continuará recargándose el sistema estatal, que ya tiene dificultades para responder a la demanda que enfrenta.
No obstante esta declinación cuantitativa, el potencial de las isapres continúa siendo grande si se adoptan políticas apropiadas. Entre los factores que han influido en esta tendencia puede anotarse que a los gobiernos de la Concertación no les agradaba ese sistema, pues lo consideraban poco solidario y estimaban que le restaba al Estado tareas de protección social. La legislación de ese período dio pasos en direcciones cambiantes. Así, la izquierda criticó a las isapres en sus comienzos por considerarlas “empresas de papel” que sólo actuaban en el campo financiero, sin hacer inversiones para prestar servicios reales. A pocos años de su creación, ellas comenzaron a construir clínicas y centros de atención, pero cuando éstos empezaron a tener alguna relevancia, las críticas de esos mismos sectores se centraron en que una integración vertical permitía a las isapres enviar a los pacientes a sus propias clínicas. Tras estimular su participación en la prestación de servicios, se les prohibió por ley participar en la ejecución de prestaciones y tomar parte en la administración de clínicas, centros médicos o laboratorios.
Pero también las isapres tienen parte de responsabilidad por su mala imagen, pues han creado un mercado poco transparente, con mala información a los usuarios. Además, se han defendido de las críticas de políticos y parlamentarios recurriendo a un fuerte lobby ante cada iniciativa legal, incluyendo a algunas que podrían haber fortalecido el sistema. La relación con sus clientes y cotizantes suele ser conflictiva, y aunque muchos chilenos afiliados al sistema público preferirían una isapre si pudieran pagarla, una proporción importante de los que llevan años en el sistema privado expresan insatisfacción con la entidad a que están afiliados.
Con todo, cabe notar que los éxodos de beneficiarios al parecer se producen tras las crisis económicas. El mayor ocurrió tras la crisis asiática, que se acompañó de la eliminación del subsidio a las bajas rentas. En otra decisión cambiante, por años se favoreció la afiliación de personas de bajos ingresos mediante un subsidio, pero durante la disputada campaña electoral de 1999, el Gobierno súbitamente se volvió partidario de suprimirlo. La actitud de los partidos políticos, los parlamentarios y los gobiernos ha tendido a apoyarse en argumentos emocionales algo simplistas, que no constituyen buen fundamento para las políticas públicas. Por eso, a menudo provocan resultados inesperados para ellos: en el caso de los subsidios, las isapres vieron disminuir sus afiliados, pero aumentaron sus ganancias, pues los perjudicados fueron precisamente los más pobres de ese sistema.
El nuevo gobierno debería estudiar a fondo este tema e impulsar una legislación estable.
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Última Modificación | 21 Abr 201021/04/10 a las 11:50 hrs.2010-04-21 11:50:21 |
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