Si está mal la educación, edúcate tú mismo.

Claudio Palavecino 11 Nov 201111/11/11 a las 03:53 hrs.2011-11-11 03:53:11

La única forma de apropiarse de la cultura es estudiando. Gracias al estudio paciente y esforzado de unos pocos monjes se preservó lo fundamental de la cultura antigua tras desplomarse la gigantesca estructura burocrática de Roma. En una sociedad sin estado como la medieval, fueron esos monjes lectores y transcriptores los que salvaron la mejor parte del legado clásico.
Por otra parte, habría que admitir de una buena vez que ningún ministerio, ninguna superintendencia, ninguna agencia estatal, va a conseguir educar a quien no tiene amor por el conocimiento. Seamos sinceros, señores, buena parte de los estudiantes movilizados "por la educación" nunca tuvieron ganas de estudiar y, muy por el contrario, están felices viviendo la vida loca en las antípodas de la civilización, agrupándose en hordas peripatéticas y, si se tercia, provocando en batallas campales a la fuerza pública. Están demasiado excitados para contener a la criatura salvaje que llevan dentro. Para estos animalillos, corretear por las calles es mucho más divertido que sentarse civilizadamente a leer libros.
Hoy, como nunca antes en la historia, la cultura está al alcance de todo quien tenga interés en aprehenderla. Nadie nos puede sustituir en esa tarea. Nadie. Pero en lugar de fomentar la responsabilidad individual que le cabe a cada cual en su formación y despertar la consciencia de los muchachos al hecho inevitable de que tarde o temprando deberán hacerse cargo de sus propias vidas, se promueve, en cambio, incansablemente y con singular éxito, la idea perversa de que nadie es responsables de su destino. Fracasaste o fracasarás no por tus decisiones erróneas o las de tus padres, sino porque hay una conspiración universal de fuerzas malignas ("el sistema", "los bancos", "la derecha") empeñadas en que fracases. Pero, descuida, tienes un paladín que te defenderá a cambio de que le des poder y recursos. Sus epígonos lo anuncian con un nuevo evohé: ¡Desventajados del mundo, pongan su fe en el Estado porque el Estado os hará libres! No importa cuántas pruebas ofrezca la historia de la falsedad de esa consigna. No importa que haya quedado demostrado mil veces que en Chile los recursos públicos son el botin de guerra del gobierno de turno. Fuente ubérrima de prebendas para los jerarcas y sus amigotes. Y no importa porque en Chile no se educa para la libertad, sino para la servidumbre. Esa es la verdadera mala educaciòn. Liberalismo en Chile es una mala palabra. Se agudiza de este modo la tendencia psicológica natural de los individuos a culpar a otros de sus fracasos y a ser indulgentes consigo mismos. No puede extrañar entonces que el pueblo sacrifique alegremente, caceroleando, la libertad a cambio de que otro cargue el peso de sus tareas y culpas. Mientras esta mentalidad no cambie, mientras no se grabe a fuego en los niños que cada decisión que toman tendrá repercusiones en sus vidas, me temo que no va a mejorar la educación chilena.
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Última Modificación 11 Nov 201111/11/11 a las 04:10 hrs.2011-11-11 04:10:11
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Comentarios
  • Cristóbal Lamas U.

    27 Dic 201127/12/11 a las 00:15 hrs.2011-12-27 00:15:27

    Creo que la educación es un proceso que necesita tanto del interés y participación del alumno como un rol activo de fomento e incentivo por parte del encargado de educar, ya sea la familia, los profesores, o el colegio, sea privado o del estado.
    Independiente de éstas distinciones, me parece que es un deber del Estado promover y asegurar la educación por lo menos hasta cierta edad, para emparejar la cancha y asegurar una real igualdad de oportunidades, que corrija, en parte las desigualdades de cuna.
    Obviamente no desconozco que parte importante del proceso educativo va a depender del interés que tenga cada uno por aprender, pero hay que reconocer que si estas inquietudes no son promovidas y estimuladas (no impuestas ) desde niños, va a ser difícil que cuando mayores puedan aprender y desarrollar un gusto por el conocimiento, como también por el desarrollo de otros ámbitos, las artes, el deporte etc.


    Profesor, desde su óptica "liberal", reivindicando el "derecho a la ignorancia" que usted menciona en comentarios anteriores, seriamente, ¿no está de acuerdo con la obligatoriedad de la escolaridad?

  • Andrés Muñoz Cárcamo

    24 Dic 201124/12/11 a las 20:45 hrs.2011-12-24 20:45:24

    Si se comprende la educación como un derecho social, que, a diferencia de los derechos individuales no tiene un deber recíproco de respeto, implica que se debe garantizar universalmente, sin la necesidad de existencia de este deber de respeto correlativo de un sujeto determinado. Entonces, a falta de este sujeto, es la sociedad toda la encargada de garantizarlo como derecho, a través del Estado, quien debe suministrar su posibilidad de ejercicio a todas las personas, sin distinción. A mi juicio, está demás exponer por qué en Chile esto no ocurre en la práctica -sólo diré como argumento básico que el privativo costo de la educación terciaria impide, en muchos casos, el acceso a ella-, así como tampoco me parece necesario referirme a las obvias desigualdades que se dan en el proceso educativo.

    Ahora bien, es evidente que, en un nivel previo, la educación parte por uno mismo y por las facultades intelectuales que como personas tenemos para aprehender conceptos y valores. No obstante, para que efectivamente todos tengan las mismas posibilidades de desarrollo intelectual, y éste se dé por el esfuerzo personal y el propio amor al conocimiento, se convierte en imperativo que el Estado corrija las enormes desigualdades de nuestro sistema educativo, y se fijen condiciones básicas que supongan que el mérito, y no las distinciones sociales, sean el motor de la educación y del desarrollo igualitario de las personas.

    Saludos atentos

  • Felipe Hepner A.

    11 Dic 201111/12/11 a las 18:55 hrs.2011-12-11 18:55:11

    Referiré mi comentario a la petición recien mencionada por el profesor: "La cuestión a la que me gustaría reconducir esta conversación, si alguno tiene interés en ello, es si ese papel puede ser asumido eficaz y masivamente por el Estado. Si basta con “inyectarle" más recursos a la instrucción pública". Personalmente soy creyente de que esto será plausible siempre que se inyecte una suma suficiente de dinero y de una manera completa e inteligente. Así, no será posible pretender este fin si el cuestionamiento al modelo educativo deja temas vitales de lado (y solo se queda en la gratuidad). No podemos pretender que una educación pública y gratuita sea de calidad solo invirtiendo dinero si no hay cuestionamiento, por ejemplo, del modelo de evaluación docente (tema que considero fundamental), y por esto creo que es fundamental el fomento a la excelencia en la carrera docente, que necesariamente deberá ir en desmedro de los profesores mal evaluados y que no se quieren capacitar (frente a este tema creo que puede ser interesante ver el documental "Waiting for superman", que trata dentro del problema educativo en EEUU el problema de los sindicatos de profesores y su completa inmunidad).

  • Gabriel Budnik O.

    6 Dic 201106/12/11 a las 01:20 hrs.2011-12-06 01:20:06

    En lo personal, creo que es factible que mediante una inyección de recursos a la instrucción pública por parte del Estado, tanto alumnos (con un mayores posibilidades de acceso a una educación de calidad) como profesores (con un salario que los motive lo suficiente para realizar su trabajo con excelencia) se vean estimulados a hacer funcionar óptimamente a la empresa humana. De esta forma, teniendo los profesores un salario "digno", producto de esta inyección por parte del Estado, se formará más competencia por enseñar, quedando realmente los mejores maestros, capaces de explotar las facultades de sus alumnos, a cargo de educar. A su vez, creo que invertir en educación, es invertir en el futuro del país, ya que veo en ésta la base de toda población.
    Tomando en consideración lo previamente expuesto, quisiera agregar que no basta con que sólo se inyecten más recursos a la instrucción pública. Esta inyección debe estar acompañada de un seguimiento en el desarrollo de todo individuo. Sólo así se podrá analizar realmente hasta qué punto es la falta de recursos el problema que liga a una falta de estimulo en vía de obtener conocimientos.
    Finalmente quisiera agregar que en una población no todos podrán potenciar sus mayores facultades, por lo que es inevitable que muchos caigan en vicios e intereses que los alejen de este "amor por el saber". Al fin y al cabo, si bien todo hombre es un filósofo potencial, muchos caerán en distintas tentaciones, buscando poder mediante el negocio.

  • Claudio Palavecino

    5 Dic 201105/12/11 a las 23:39 hrs.2011-12-05 23:39:05

    Queridos alumnos:
    He leído con mucha atención sus comentarios y a muchos los veo coincidir en que no se puede dejar entregados a los individuos a sus solas fuerzas en lo que a educarse respecta. No hay duda que el, ansia de conocimiento que, insisto, es connatural a la condición humana, para que se transforme en amor por el saber, debe ser satisfecha y estimulada, al menos en los primeros años por los adultos, un padre, un maestro (en el setido original del término). La cuestión a la que me gustaría reconducir esta conversación, si alguno tiene interés en ello, es si ese papel puede ser asumido eficaz y masivamente por el Estado. Si basta con “inyectarle" más recursos a la instrucción pública.

  • Álvaro Pérez Sommariva

    5 Dic 201105/12/11 a las 18:56 hrs.2011-12-05 18:56:05

    Roberto, creo que diste con un punto central.

    Lo que el profesor señala como "apropiarse de la cultura" en tiempos como los actuales, sí implica otorgar la tutela, y a la vez alcanzar tres objetivos de inmediato: entregar las herramientas que permitan desenvolverse adecuadamente en el mercado como agente (dándole racionalidad efectiva al mismo), dar cabida a la noción de ciudadanía que exige desenvolverse a su vez a toda persona en un plano distinto (el político), y por último, entrega conocimientos elementales para que cada quién se desarrolle en función de sus objetivos y necesidades culturales particulares (o sea, entre otras codas, poder apropiarse de la cultura).

  • Roberto Carrillo A.

    5 Dic 201105/12/11 a las 15:41 hrs.2011-12-05 15:41:05

    Estimado Sebastián,
    Creo que no podría ser generalizable a toda la sociedad, puesto que lo que se busca con la creación de la sociedad misma es la protección de los intereses jurídicos, reconociendo las diferencias entre todos pero resguardando ciertas bases, con la garantía de un mecanismo de protección. Es decir, se reconoce que seamos distintos, que uno pueda aprender y comprender cosas distintas al otro y así mismo que tengamos intereses y creencias distintas (como es el caso de la religión).

    Es por esto que lo relevante es otorgar la tutela de los derechos correspondientes y las prestaciones necesarias para el desenvolvimiento individual, como es el caso de la educación.

  • Andrei Candiani G.

    5 Dic 201105/12/11 a las 14:45 hrs.2011-12-05 14:45:05

    Uno tiene limitaciones en ciertas áreas para autoeducarse. La música por ejemplo requiere de una práctica y teoría que hace imprescindible la presencia de un tutor o guía. Es loable que algunos puedan lograr ese conocimiento de forma autodidácta, pero equivale a jugar a los dados, cosa peligrosa si queremos tener una sociedad más culta y alejada de la ignorancia, y los males derivados de ella.

  • Sebastián Pica Tellez

    5 Dic 201105/12/11 a las 14:15 hrs.2011-12-05 14:15:05

    En mi caso yo no veo a Steve Jobs como el mejor ejemplo a seguir y extensible a toda la sociedad. Esto por que, él por último tuvo la oportunidad de ir de oyente a distintas clases universitarias, a quien creo que deberíamos tomar de ejemplo es al joven africano William Kamkwamba, quien ante la pobreza de sus padres se vio obligado a dejar la escuela a los 14 años, pero mediante su propia iniciativa, decidió seguir educándose solo en la biblioteca de su pueblo. Es así como finalmente con pocos recursos y la información que saco de un libro de esa biblioteca, logro crear un molino de viento con restos de materiales, el cual era capaz de generar electricidad y posteriormente una bomba de agua.
    Ahora, estoy relativamente de acuerdo con Diego pero todavía cabe preguntarse,¿Ahora cabe preguntarse si realmente los ejemplo que uno muchas veces busca y da, son realmente generalizables a toda nuestra sociedad?

  • Diego Ibarrola

    5 Dic 201105/12/11 a las 01:40 hrs.2011-12-05 01:40:05

    El deseo de aventuras y experimentar es propio de todo niño, pocos no tienen el afán por aprender cosas nuevas. El problema es cuando no podemos materializar como sociedad ese deseo de aprender en resultados concretos. Para que quien deba interesarse en el conocimiento lo haga, éste deberá tenerlo a su alcance. Y digo a su alcance no en términos fácticos, sino en términos reales. Es absolutamente cierto que el conocimiento está ahí para quien desee tomarlo. Internet y las redes sociales toman un papel fundamental para quien desee auto educarse. No obstante, son pocos los que pueden hacerlo solos. Es necesario tener un referente que guíe tal aprendizaje. Es necesario que tal referente este supervisado y que el aprendizaje se logre. Esto es imposible de lograr a niveles macro sin una estructura eficiente y real, que deje las ilusiones de lado. Y esa estructura hoy no la tenemos. Por lo mismo, es necesario reflexionar sobre el tema y no ignorarlo o hacer como que no pasa nada. Hoy eso se ha logrado y tenemos por delante un camino demarcado, lo que ya es un gran avance.
    A mi juicio, el self made man es lograble, pero no exigible para todos.

    Saludos cordiales,
    Diego Ibarrola.

  • Álvaro Barros Astudillo

    4 Dic 201104/12/11 a las 23:11 hrs.2011-12-04 23:11:04

    El problema del ejemplo de los monjes es justamente la minoria que representan. Es cierto que una muy pequeña minoria está dispuesta a educarse por su cuenta. Pero lo fundamental no es que está dispuesta, sino que PUEDE educarse por su cuenta. Admitámoslo, no solo somos la elite intectual. También somos la elite económica. Es tan simple como que tenemos el tiempo y el ocio para pasar gran parte de nuestro día estudiando (claro, con matices, pero a final de cuentas es así).

    Pero esa es la excepción. La GRAN excepción. Es cierto que quien no quiere educarse nunca lo hará, pero no es menos cierto que mucha gente que quiere educarse no puede hacerlo (por muchas razones y que cada cual dirá cual es). Es por esas personas que se sale a la calle a pedir que se les permita educarse. Un niño en alto riesgo no es capaz de educarse por si mismo, debe partir por saber leer. Saber como buscar un libro, como buscar en internet. Un autodidacta capaz de hacer todo eso es 1 en millones.

    Es un tema de empatía. De empatía por el pobre animalillo que no se ha educado. Jamás he salido a marchar, no me llama la atención. Pero eso no significa que los motivos sean claros. El resto es un individualismo exacerbado imposible de justificar.

  • Álvaro Pérez Sommariva

    4 Dic 201104/12/11 a las 21:32 hrs.2011-12-04 21:32:04

    Sebastián,

    algunos de tus ejemplos me parecen apropiados para ejemplificar la permeabilidad de la cultura no-institucionalmente, pero el de Steve Jobs me parece el más importante.

    Jobs fue a estudios superiores pero a las clases que él quería, y todo lo que veía lo aplicaba a sus proyectos. Ahora, no se como planteas extender eso a toda la sociedad, porque todos se plantean el escenario de un Steve Jobs en Chile como un tipo sin oportunidades. Pero puede que al mismo tiempo, un Steve Jobs en una sociedad ideal donde todos son Steve Jobs, sería una persona muy poco notable.

  • Sebastián Pica Tellez

    4 Dic 201104/12/11 a las 21:25 hrs.2011-12-04 21:25:04

    En cuanto este tema, creo que el Profesor esta en lo correcto al expresar que “La única forma de apropiarse de la cultura es estudiando” y en que hay que “fomentar la responsabilidad individual que le cabe a cada cual en su formación y despertar la consciencia de los muchachos…”, ya que finalmente, más allá de los recursos, la calidad y resultado de la educación depende de cada uno más que nada, la voluntad es la que lleva adelante a las personas a lograr sus metas y hacer lo que a uno les gusta. De esta forma hay muchísimos ejemplos en Chile y en el mundo, aun que relativamente excepcionales, de personas que con pocas oportunidades y escasísimos recurso han logrado grandes cosas. Ahora digo excepcionales, porque se trata de personas que tenían una cualidad natural excepcional, la perseverancia y esfuerzo.
    Ejemplos de esto es el joven africano William Kamkwamba, Steve Jobs, Oprah Winfrey, Chrispher Paul Gardner y Luis “Conejo” Martinez. Ahora esto no quita que el Estado tiene un rol fundamental en entregar los medios para que cada persona pueda tener éxito (si es que se esfuerza para eso) y también de crear conciencia de que ellos mismos son los únicos que se pueden sacar adelante.

  • Pablo Ortúzar M.

    3 Dic 201103/12/11 a las 14:46 hrs.2011-12-03 14:46:03

    Estimado Profesor,

    La lucha estudiantil que moviliza a sectores variados, pero es comandada por sectores de la pequeña burguesía, no es por amor al conocimiento sino para asegurar mayores beneficios y privilegios a ese sector. Por eso concentra sus demandas en educación universitaria en vez de preescolar, escolar y media.

    La educación universitaria, en tal sentido, no le resulta interesante a la minoría dirigente sino como mecanismo de movilidad social a través de la certificación prestigiada de conocimientos y habilidades (títulos). La promesa de obtener esos títulos a menor costo o de que más personas los obtengan, moviliza.

    Es evidente que existe un problema en el mercado educacional en la medida en que los precios reflejan expectativas infinitas de ganancia (alimentadas por la publicidad y la poca informacion) en vez del valor promedio real del título en el mercado. Sin embargo, la almibarización de la lucha por intereses tan concretos con el azúcar del "amor por la educación" es algo sin sentido.

    Esta excusa, por lo demás, está más que gastada. Baste señalar que la misma cobertura utiliza un personaje como Gajardo para endulzar intereses políticos y gremiales o el gremio del libro para promover el fin del IVA a los mismos, como si eso fuera un remedio al nulo hábito lector de la mayoría de Chile y las personas no leyeran porque los libros son muy caros (lo que haría suponer que páginas de descarga de libros estarían colapsadas, al igual que bibliotecas y ferias del libro usado).

    Saludos,

    Pablo Ortúzar.

  • Francisco Alvarado

    3 Dic 201103/12/11 a las 13:09 hrs.2011-12-03 13:09:03

    Profesor,

    El ánimo de "curiosidad y saber" que ha mencionado es sumamente relevante. Es algo que se muestra mediocre en gran parte de la sociedad, y sobretodo en quienes se hacen llamar "estudiantes" y que luchan por una "mejor educación".

    El espectáculo es triste, toda vez que en la actualidad las barreras de acceso a la cultura han disminuido en forma significativa en relación a tiempos pasados, como también la avidez por aprehender la cultura. Sin embargo, muchas veces pienso - sin convencerme- de que este mismo acceso masivo a la cultura, la vuelven en un "bien" poco atractivo.

    La mentalidad mediocre, inculcada por muchos educadores también mediocres, se ve reflejada en la apatía a encontrarse de frente a frente a la cultura, al huir de la literatura, arte y música cuando ésta nos alcanza; instaurándose una costumbre - también mediocre- del estar satisfechos con el "pasar la materia" que para muchos es lo mismo que educarse, culturizarse, etc. ¿Una salida al cine o al teatro una vez al semestre lo soluciona?

    Este problema pasa va más allá de las oportunidades que brinda el nacer en una familia acomodada o no; pues ya vemos que una joven con recursos, prefiere mil veces invertir su dinero en una entrada para el "artista" - como se hacen llamar algunos- de moda, que en una entrada para asistir a un concierto de la orquesta filarmónica o sinfónica (que para muchos es lo mismo). Sin ir mas lejos, ya que pueden decir que esa inversión es un sacrificio inexigible, ¿cuantos alumnos de esta misma facultad leen libros relacionados con el tema, u otros afines? ¿Cuantos se conforman con "la materia vista en clases?, o bajando aún más la vara de exigencias ¿Cuantos han tomado un libro en sus manos sólo por gusto en el último tiempo?

    El problema, va más allá de que el Estado otorgue oportunidades para todos, muy pocos son los que conservan el espíritu por cultivar y mantener latente "la cultura", el acceso está pero nadie lo usa. ¿Cuantos - pesar de tener internet (para no pasar vivir la desagradable experiencia de ir a un teatro o concierto) logran distinguir a bach de mozart?

  • Martha Escariz O.

    24 Nov 201124/11/11 a las 21:09 hrs.2011-11-24 21:09:24

    Lo que hace la educación proporcionada por el estado es obligar al los alumnos a cumplir con la revisión de un contenido mínimo, independiente que éste sea suficiente o no, mirándolo desde los distintos criterios que puedan existir; no podremos ponernos de acuerdo nunca; pues las materias son infinitas y cada uno evalúa con mayor o menor importancia una u otra. Creo importante que manejemos contenidos básicos de todas las áreas. Sin embargo creo que la clave es enseñar sistemas de investigación y desarrollo racional lógico y argumentativo; para que las personas puedan encontrar y analizar sus temas de interés con profundización. He escuchado muchas veces decir "los contenidos de ese ramo nunca los ocupé" o frases similes. Deben darse herramientas para que uno se eduque sobre aquellas temáticas que para cada persona son indispensables para su vida y trabajo.

  • Martín Fischer J.

    23 Nov 201123/11/11 a las 19:06 hrs.2011-11-23 19:06:23

    Personalmente, y concordando con algunos de los argumentos presentados, me parece que el amor por el conocimiento y el impulso de superación propio son difícilmente inculcados a través de grandes reformas legislativas. Especialmente si estas tratan la inyección de recursos o se centran en discusiones ideológicas altamente polarizadas, ya que ninguno de estos aspectos asegura la calidad. Así, pongo el énfasis en uno de los temas que a mi entender influye directamente en la calidad del proceso educativo, esto es: la calidad de los profesores. Esta es absolutamente esencial cuando nos referimos a la educación escolar y también cuando discutimos la educación superior. Es por esto que me frustra la reticencia del gremio a someterse a evaluaciones o a transparentar los criterios según los cuales se miden. Simplemente por interés propio y políticas de protección del gremio se perjudica a miles de alumnos. Probablemente, la posibilidad de establecer evaluaciones objetivas y mejorar sustancialmente las remuneraciones de acuerdo a logros, sería un buen paso para mejorar la calidad de los docentes. Esto es realmente relevante ya que, dejando la familia de lado, me parece que un buen profesor definitivamente puede inculcar la devoción por el estudio que escasea.

  • Felipe Hepner A.

    22 Nov 201122/11/11 a las 17:53 hrs.2011-11-22 17:53:22

    Estoy completamente de acuerdo profesor con que "ninguna superintendencia, ninguna agencia estatal, va a conseguir educar a quien no tiene amor por el conocimiento". El punto, creo esta, en el hecho de que puede un buen sistema educacional fomentar este "amor" al conocimiento. Una buena educación, como una buena familia o simplemente un sujeto que cumpla un rol de ejemplo positivo, pueden en un niño despertar el interés por el aprendizaje. Pienso que no se le puede exigir con toda autoridad (ya que siempre se debe responsabilizar hasta cierta cuota al sujeto) a una persona el amor a la cultura cuando nunca en su vida se le mostró o educo en esta arte (por lo que sería imposible pedirle a ese alumno inculto que mejore su educación educándose). Así, si creo que el amor al conocimiento no nace por arte de magia, consideraré que es necesario generar mejoras al modelo educacional para que el día de mañana los jovenes no esten en protestas, sino en las bibliotecas leyendo, con amor a la cultura.

  • Roberto Carrillo A.

    21 Nov 201121/11/11 a las 22:03 hrs.2011-11-21 22:03:21

    Estimado profesor:
    Lo que usted dice tiene relación a una necesidad de una educación moral y cívica que no se logrará con una reforma substancial legislativa (entiéndase reformas) ni con políticas públicas de corto plazo (como una campaña pública estatal), sino que con la instauración de una cultura educacional, de la necesidad de hacer un revisionismo a los profesores (hoy fuera de la tabla, lo que parece inaudito pues... como entonces los alumnos pueden aprender? ¿por ósmosis? [con algunas pocas excepciones de alumnos autodidactas pero como bien señalo, son sólo excepciones]).

    Claramente hay elementos socio económico que son a todas luces injustos, pero soy un convencido del uso de las instituciones que tenemos, jurídico/político/social (y que nos ha dado una estabilidad política envidiable en Latino América) pero no podemos renunciar a este diálogo y caer en un gran discurso absolutista y definido en términos negativos, ergo destructivo.

    Creo que la educación gratuita (para quienes lo necesiten) es un medio que permitirá instaurar esta "cultura de la educación" que hoy se encuentra tan pisoteada (de existir al menos un esbozo), pero no puede ser lo único que se exija (no se habla de la calidad) y así mismo no puede ser un fin en sí mismo. Un mayor acceso a la educación importaría que todos podamos ser calificados como ciudadanos de la Sociedad Abierta, y que puedan acceder a las distintas posibilidades que el sistema nos otorga (en el lenguage de Hayek).

    Saludos cordiales

  • Claudio Palavecino

    18 Nov 201118/11/11 a las 02:25 hrs.2011-11-18 02:25:18

    Estimado Gabriel;
    No presumo malas intenciones. Yo creo sinceramente que los jóvenes antisistema tienen nobles ideales, pero me temo que están muy equivocados en los medios. Aumentar la exacción fiscal e inyectar más recursos podrá (temporalmente) generar educación gratuita, pero no garantiza educación de calidad. El problema no es simplemente de recursos, sino de idiosincrasia. Tiene mucho más que ver con la formación moral e intelectual de los maestros y, aunque parezca un argumento conservador, con la familia, la cual es insusituible en la paideia.
    Me alegra mucho tenerlo nuevamente entre nosotros, pues pensé que nos había dejado.
    Atte.
    CP

  • Gabriel Budnik O.

    17 Nov 201117/11/11 a las 22:56 hrs.2011-11-17 22:56:17

    Bajo el romanticismo estudiantil, he visto a una gran mayoría que realmente cree que para desarrollar al país y así cultivarlo, es necesario dejar de estudiar. En cierto sentido, esto tiene una lógica, pues critican a un sistema que está mal y estudiando estarían formando parte del mismo sistema al que tan mal está. Ahora bien, en lo personal no creo que esta sea la forma. No caben dudas que se ha hecho mucho en pos de la educación, se ha puesto el tema sobre la mesa y se ha generado una presión tal que después de 5 meses el movimiento aún sigue vivo, pero no se hasta qué punto se podía seguir "luchando". He visto a un gobierno intransigente, pero de la mano con esto, he visto a un gobierno fiel a sus ideales y pensamientos. Lo mismo me ha pasado por parte de los estudiantes: la misma intransigencia, pero también la misma perseverancia y ánimo de lograr lo que se proponen: una reforma tributaria, educación gratuita (y de calidad).
    Tomando en consideración esta polarización existente, creo imposible que el movimiento realice este cambio estructural y sistemático al cual se está aspirando. Esto no implica que esté mal, pero sinceramente creo que bajo el actual gobierno esto no será posible. Entonces ¿qué hacer?: estudiar. Estudiando (y sí, bajo el sistema actual) nos seguiremos cultivando, formando pensamiento crítico, el cual eventualmente bajo un nuevo gobierno, será fundamental para plantear de mejor forma el por qué de la necesidad de un cambio estructural.

  • Claudio Palavecino

    15 Nov 201115/11/11 a las 23:09 hrs.2011-11-15 23:09:15

    El amor por el conocimiento no requiere ser “inculcado" en los niños. Forma parte de sus inclinaciones psicológicas naturales: la curiosidad. Todo niño es un científico, hambriento de saber. Hagan un poco de memoria. Lo trágico es que un sistema educacional masificado, planificado desde arriba con determinados contenidos y ejecutado por miles de sujetos intelectual y moralmente deficientes, consigue destruir en pocos años esa natural disposición al conocimiento y trasmutarla en aversión.

  • Roberto Carrillo A.

    15 Nov 201115/11/11 a las 22:42 hrs.2011-11-15 22:42:15

    Muchos de los comentarios de mis compañeros me hacen bastante sentido, pero yo haría también énfasis en que la mejor forma de cambiar la educación no es sólo expresando el descontento y si no siendo un ejemplo de cultivo del conocimiento, función que debería ser inherente a nosotros, que estudiamos en el último bastión de la República.

    Claramente el Gobierno ha sido tremendamente intransigente, pero eso no puede significar, de ningún modo, no considerar las instituciones que existen, pues ellas existen como puntos de fuga para bajar la presión que se generan en los distintos bloques y son las instancias para debatir los distintos proyectos de país o de políticas públicas que queramos impulsar (en este caso, la educación).

    El Estado debe ser partícipe de la construcción de un nuevo modelo educativo, y debe tener un rol de protagonista, como la ley le comanda, y todos debemos permitir que esto sea así.

    Todos tenemos, en nuestro actuar, demostrar que queremos reformular la educación pública, pero demostrando excelencia y siendo un ejemplo, fomentando soluciones y diálogo.

  • Tomás Labbe B.

    12 Nov 201112/11/11 a las 17:03 hrs.2011-11-12 17:03:12

    Esta vez estoy totalmente de acuerdo con lo dicho por el profesor. Y no sólo me sumo a la crítica, también la acepto como una autocrítica.
    Sin embargo, identificar el problema sólo da paso a un abismo que no imagino cómo resolver: ¿cómo inculcar el "amor" por el estudio? Porque a mí me suena a una verdadera revolución social. Y así como el Estado no puede resolver el problema de la educación (no solo al menos), tampoco puede instalar en cada persona el deseo de leer y aprender. Menos aún puede instaurar la idea de cada cuál es responsable de sí mismo. Y tengo serias dudas de que las personas podamos desarrollar estas cosas de forma espontánea, con el paso de los años o la madurez.

  • Claudio Palavecino

    12 Nov 201112/11/11 a las 08:00 hrs.2011-11-12 08:00:12

    Estimado Osvaldo:
    1.- Es imposible estar ciento por ciento seguro. Alguna vez le formulé la misma pregunta a mi maestro de Latín, Alberto Christiny, y me respondió que sobrevivieron las obras que tenían más copias y que fueron mayormente copiadas las que suscitaron interés general. Operó en tal sentido una suerte de selección natural. Por otra parte, si uno considera que la cultura clásica, representada por la fracción de obras que sobrevivió al naufragio del tiempo, fue modelo y referencia obligada para Occidente desde el Renacimiento hasta el siglo XIX inclusive, no resulta aventurado decir que lo que se preservó fue ciertamente lo mejor. De otro modo no se explica su impacto.
    2.- La cultura y la educación fue asunto privado, durante prácticamente toda la historia de Occidente. Cosa de de las familias y/o de instituciones privadas o no estatales como la Iglesia. A veces perdemos la perspectiva histórica y parece que no concebimos otra educación que la estatal. En mi opinión, el modelo de educación en aula y clase magistral está agotado. No sirve. El maestro discente no puede competir con los videojuegos. La masificación de la educación impide contar con suficiente número de auténticos maestros capaces de trasmitir amor por el conocimiento. Las pedagogías están repletas de lo último que votó la ola de la PSU. Lo único que transmiten esos profesores es su frustración, mediocridad y resentimiento. Se debe considerar seriamente devolver la educación a los domicilios particulares de los alumnos mediante aula virtual y examenes libres.
    Estimado Andrei:
    ¿Y quiénes somos nosotros para obligar a nadie a "escapar de su condición"? Debe reivindicarse el derecho a la ignorancia.
    Javiera:
    En plena dictadura militar, tuve el privilegio de estudiar en un colegio que diseñó su propio sistema pedagógico sobre la base del autoaprendizaje y la autodisciplina: donde no teníamos clase magistral. Los profesores diseñaban guías de trabajo que nosotros desarrollábamos durante las horas de clases consultando directamente los libros. Ellos no hacían la clase, solo revisaban nuestro avance evaluando un ítem de "trabajo sistemático". Me pregunto si la burocracia estatal de la educación en democracia toleraría un colegio donde los profesores no hacían clases.

  • Javiera Ocampo S.

    11 Nov 201111/11/11 a las 21:20 hrs.2011-11-11 21:20:11

    Estimado profesor respecto de lo que plantea acerca de la labor del estado en la educación, y que esta sólo pasa por el interés que pone ello cada individuo creo que es algo aplicable no a todo el sistema educacional. Que en la formación de los niños de nuestro país el estado, para bien o para mal, busca intervenir, y lo hace de diferentes formas, por medio de su ministerio, limitando a los colegios particulares y subvencionados de nuestro país en forma permanente. En lo personal yo me eduque en un colegio particular subvencionado, donde si bien se tenía mayor libertad de enseñanza la intervención estatal era permanente (y bastante perjudicial para la excelencia de la institución). Esa es una labor que el estado se atribuye y ejerce sin mayores problemas; ahora bien en el marco de la educación superior, la que en su vertiente privada es vista como un buen negocio para todos, no desea intervenir. Y me pregunto ¿por qué esta dispuesto a exigir a los distintos tipos de establecimientos educaciones de enseñanza básica y media estándares de calidad? ¿por qué puede controlar a sus profesores y se rehúsa a hacerlo en el marco de la educación superior?. No creo que la respuesta a ello sea que los sujetos tienen la capacidad suficiente para determinar que es lo mejor para sus vidas, si no que por el contrario una intervención de ese tipo, una regulación en tal sentido podría resultar perjudicial para los mismos integrantes de nuestro distinto poderes del estado que en sus ratos libres participan de la formación educacional en las distintas universidades de nuestro país.

  • Andrei Candiani G.

    11 Nov 201111/11/11 a las 19:40 hrs.2011-11-11 19:40:11

    Concuerdo que el amor al estudio permite absorberlo de mejor manera, pero la posición de un sujeto según su condición socioeconómica no le permite estar en real igualdad de oportunidades que otro de mejor situación. La labor del docente se vuelve fundamental en este aspecto: como formador y guía facilita el entendimiento. Esa es la labor de la pedagogía. No todos los sujetos pueden escapar de su condición con solo el internet.

  • Sebastián Jara Luengo

    11 Nov 201111/11/11 a las 19:34 hrs.2011-11-11 19:34:11

    Estimado Profesor,

    Uno de los problemas que plantea es horriblemente cierto: La sociedad está dispuesta a vender su libertad, a entregarla feliz, mientras le hacen creer que algo como el Estado vendrá en su ayuda y habrá paz. Para diversificar un poco las referencias, me hace mucho eco la escena de la Guerra de las Galaxias donde la República pasa a ser un Imperio, y donde con un aplauso estruendoso se vende la Libertad por una Paz exigua, de sometimiento, de miedo. Acá es lo mismo, pero en pos de una "educación gratuita", o de una "igualdad" que poco da cuenta de contar a la persona como fin, sino como medio para cualquier "bien mayor" que ciertos dirigentes, o el exaltado de turno indique.

    Sobre el tema de estudiar, hay que hacer una salvedad que cierta gente más sabia (por cierto, mucho mayores que yo) me indicaron hace un tiempo: Quien estudia no reconoce la importancia de lo que hace hasta que deja de estudiar. Y eso va más allá de un eufemismo romántico. Quien estudia no conoce siquiera el valor de lo que estudia hasta que termina de hacerlo. Quien estudia no obtiene beneficios inmediatos de su actividad. Por ello, es tarea totalmente individual darle al estudio el sitial que se merece dentro del desarrollo vital, su valor en la proyección de vida, tanto en lo económico como en lo intelectual-espiritual. Y quien logra tal ejercicio (intelectual), valorará el estudio sobre cualquier "lucha" contradictoria. Porque claro está, que para el momento en que quienes ahora abogan por la devastadora igualdad tengan que contribuir a que otros logren tal igualdad, por la merma de su propia libertad, lo pensarán más de dos veces.

  • Osvaldo Guillen M.

    11 Nov 201111/11/11 a las 09:51 hrs.2011-11-11 09:51:11

    Estimado profesor,

    ¿Está seguro que fueron preservadas las mejores y más fundamentales obras de la cultura antigua? Hasta donde sé, esta materia es una cuestión cruzada por una alta cuota de esperanza y confianza antes que de certeza.

    Como sea, creo que ha tocado un punto interesante. Buena parte de las demandas estudiantiles no están vinculadas con lo que en el Renacimiento tomó el nombre de cultura. Es cierto, hay quienes quieren utilizar al Estado para facilitar sus vidas. Si este deseo está o no vinculado con un engaño colectivo, es una cuestión que no estoy interesado en comentar.

    Me interesa llamar la atención sobre el nulo rol del Estado que usted pregona. ¿Debe el Estado desaparecer de todo el ámbito cultural? ¿Debe el Estado cerrar sus bibliotecas, dejar de adquirir instrumentos para la Orquesta Sinfónica o cerrar sus universidades, incluida la nuestra? No puedo dar toda mi opinión hasta conocer la postura que usted sostiene en este aspecto.

    Tiene usted la razón cuando dice que somos responsables de educarnos en el sentido clásico de la palabra, pero debe recordar que no fuimos nosotros lo que llegamos a la cultura, sino que ésta nos alcanzó en algún momento de nuestras vidas. Puedo adelantar, en consecuencia, lo siguiente: deben existir las instituciones -sin importar su naturaleza- que han ayudado en el pasado y el presente a acercar a los individuos a la cultura.

    Saludos cordiales,
    Osvaldo Guillén M.