Espero no estar nunca en su pellejo

Claudio Palavecino 2 May 201202/05/12 a las 19:53 hrs.2012-05-02 19:53:02

Última Modificación 2 May 201202/05/12 a las 19:53 hrs.2012-05-02 19:53:02
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  • Roberto Carrillo A.

    27 Jul 201227/07/12 a las 15:50 hrs.2012-07-27 15:50:27

    El problema de tomar como criterio los Derechos Humanos (que como todos sabemos es un límite legal), importa un límite un poco difuso, que sirve más bien para violaciones flagrantes que permiten un accionar judicial, pero es dificil usarlo en los casos grises de política pública, siempre en el marco de los casos realmente dudosos. Decir que los Derechos Humanos son el límite, es un poco un tiro al aire, es necesario algo un poco más concreto para estos casos que presentan lindes difusos, en especial porque este tipo de defensas se pueden usar para ambos lados, por lo que lo estimo insuficiente, pero no por ello menos válido que otro argumento.

  • Marc Bahamondes

    23 Jul 201223/07/12 a las 04:54 hrs.2012-07-23 04:54:23

    Podríamos decir que gracias a este limite que nos imponen los DDHH no deberíamos decir "No quisiera estar en su pellejo" sino aseverar que "No tenemos que estar en su pellejo"

  • Marc Bahamondes

    23 Jul 201223/07/12 a las 04:49 hrs.2012-07-23 04:49:23

    De esta manera creo que los DDHH nos permiten (entre otras cosas) el privilegio de "ahorrarnos" la toma de desciciones crueles, inhumanas, arbitrarias etc. Simplemente por que no se puede hacer.
    La gracia de estos limites es señalarnos que simplemente No podemos desicidir sobre la vida de ningún otro ser humano. En cierto sentido es una descición anticipada, formulada (diría Ackerman) en un momento constitucional largo.

  • Marc Bahamondes

    23 Jul 201223/07/12 a las 04:42 hrs.2012-07-23 04:42:23

    Yo no discutiría la legitimidad en general de la libertad de un gobierno para tomar decisiones incluidas aquellas que tienen por objeto favorecer a un grupo, en perjuicio de otro.
    Esto porque aquello es parte casi consustancial al accionar político. Cada elección lleva consigo su costo alternativo, lo importante desde luego es (desde el punto de vista de la racionalidad económica), que el beneficio esperado sea superior a dicho costo.
    En el caso en cuestión también puedo estar de acuerdo en lo relativo a la discriminación en base a la nacionalidad. Los estados lo hacen y en principio es perfectamente legitimo que un estado regule un cierto hecho respecto de sus nacionales diferenciando con ello a los que no lo son.
    Sin embargo creo que cada una de estas decisiones esta sujeta a limites, que por cierto no son ni morales ni de consideración filosófica, sino normativos. En este caso el actuar del gobierno español esta limitado por los derechos humanos de las personas mencionadas en la carta. Esta consideración es a mi juicio ineludible, la conceptualización misma de estos derechos nos señalan que constituyen un limite para el poder estatal.

  • Francisco Alvarado

    13 Jul 201213/07/12 a las 13:08 hrs.2012-07-13 13:08:13

    Edit: "[.,,] notoria y marcada autonomía."*

    (No alcancé a agregar en el comentario anterior) Me parecería interesante, si el Profesor o alguien sabe con claridad cuáles son las fuentes de financiamiento de la organización monárquica española, es decir, ¿Son los contribuyentes quienes financian todos los gastos de ésta?

  • Francisco Alvarado

    13 Jul 201213/07/12 a las 13:02 hrs.2012-07-13 13:02:13

    Esta carta al director muestra un problema sistémico que tiene España para organizar y equilibrar los ingresos vs los gastos. Adicionalmente a lo ya sabido por la mayoría, tengo entendido que en España, los municipios tienen un sistema diverso al Chileno y gozan de una notoria autonomía y marcada autonomía. Estos "empadronan" a sus habitantes, sin distinguir si son nacionales o extranjeros, y por lo tanto, tienen "Derecho" a recibir todas las prestaciones de la organización local. Esto contribuye al incentivo de aumentar las tasas de inmigración para poder gozar de las prestaciones sociales, sin tener una necesaria correspondencia entre prestaciones otorgadas e ingresos percibidos.

  • Roberto Carrillo A.

    1 Jul 201201/07/12 a las 15:55 hrs.2012-07-01 15:55:01

    Estimado Sebastían,
    Tengo bastantes reparos respecto a lo que tu dices. Es cierto que el Rey es una imagen de gran relevancia, en mayor medida icónica, pero que no detenta tantas facultades como nuestro presidente con facultades absolutas. Ahora bien, de todos modos que lo que él diga y piense es relevante porque todas estas decisiones tienen que ver con el tipo de sociedad que queremos construir y a la que nos dirigimos, por tanto si la persona que presenta al país piensa de un modo u otro, de todas maneras tiene repercusiones, independientemente que tenga o no las facultades para tomar cartas en el asunto. Si el actúa de forma independiente y contrariando a la corriente mayoritaria, eso refleja una terrible imagen tanto del Rey en este caso, como del país.

  • Felipe Hepner A.

    1 Jul 201201/07/12 a las 13:38 hrs.2012-07-01 13:38:01

    En lo relativo a lo mencionado por Agustín: "A mi parecer, a la hora de realizar reformas que impliquen reducción de costos, no pueden realizarse distinciones basadas en la nacionalidad de las personas. Si vamos a iniciar una política de recortes financieros, no veo ninguna justificación para realizar una distinción entre españoles y no españoles (en el ejemplo) o chilenos y peruanos como podría ocurrir en nuestro país y todos deberían sufrir por igual con la austeridad propulsada por las autoridades.", considero que es totalmente legítima la realización de distinciones basada en la nacionalidad de las personas. Esto por cuanto en un contexto de austeridad económica se deben tomar decisiones de índole política que pueden parecer poco amables, pero son aquellas con las cuales el estado debe lidiar todo el tiempo (amparo o no amparo las pretensiones de un determinado grupo), y las utilización de estas bajo un criterio de discriminación que parece ser no arbitraria (en condiciones en las cuales parece razonable que un estado proteja a sus ciudadanos) no nos debiese almarmar en demasía.

    Y respecto a lo señalado por Natalia cuando dice que "Un gobierno que decide quien vive y quien muere por un fin económico se asegura un puesto en los libros de historia del próximo siglo, tal como estudiamos el nacional socialismo de la primera mitad del siglo XX. " no puedo señalar mas que estoy en completo desacuerdo. Esto por el hecho de que el gobierno NO esta decidiendo quien vive y quien muere, lo único que esta haciendo el gobierno español es determinar cuales serán los grupos de intereses a los cuales el estado va a amparar. De lo anterior no cabe más que repetir lo mencionado en lo relativo al comentario de Agustín: el gobierno no puede amparar todas las pretensiones de las personas, razón por la cual debe discriminar y amparar algunos de ellos (estando el límite en una discriminación arbitraria). De una conclusión como la anterior podriamos concluir la responsabilidad del estado por cada prestación que deja de estar garantizada (y así quien pierde un subsidio económico y cae en quiebra podría imputarle responsabilidad al estado).

  • Alejandra Barrera Araya

    29 Jun 201229/06/12 a las 13:10 hrs.2012-06-29 13:10:29

    Concuerdo plenamente con Natalia, pero me parece más que vergonzoso, indignante. El hecho de que existan ciertas garantías básicas implica que lo son para toda persona, la única limitación posible que me parece legítima es que no puede pretender una persona solicitar una prestación a un país encontrándose en otro. Pero en ningún caso es legítimo que el Estado español prácticamente condene a muerte a determinadas personas mientras sus Reyes derrochan dinero en necesidades que, aun con la evolución actual, no pueden ser calificadas de básicas.

  • Sebastián Pica Tellez

    29 Jun 201229/06/12 a las 01:06 hrs.2012-06-29 01:06:29

    Es probable que España, a nivel político, ya tenga sus prioridades bien claras, las cuales son reducir el gasto fiscal, empezando por el que apunta a las prestaciones sociales que recibe los extranjeros.
    Ahora quisiera recalcar que lo que hace un sujeto puntual de España, como es el Rey (con la relevancia que tiene) no tiene mucho que ver con las prioridades y decisiones económicas que ha tomado el país. Esto por que creo que este hombre no representa al gobierno ni a la totalidad de los Españoles, además que ya a demostrado que tiene la independencia de hacer lo que se le da la gana, independiente de la situación de su país.

  • Natalia Acevedo Alvear

    29 Jun 201229/06/12 a las 00:50 hrs.2012-06-29 00:50:29

    "Serán los elegidos para morir por el bien de los españoles". Un gobierno que decide quien vive y quien muere por un fin económico se asegura un puesto en los libros de historia del próximo siglo, tal como estudiamos el nacional socialismo de la primera mitad del siglo XX.

    Primero, correspondería ordenar las prioridades españolas. Financiar los viajes por África y giras por Sudamérica de un rey con un rol meramente simbólico por sobre las prestaciones médicas de personas que ya han comenzado un tratamiento es, a lo menos, vergonzoso.

    Recordemos que en el último país del tercer mundo se otorgan estas prestaciones incluso cuando se ha ocasionado una lesión con dolo del propio trabajador.

  • Eduardo Arrau V.

    28 Jun 201228/06/12 a las 23:54 hrs.2012-06-28 23:54:28

    Lo dicho en la última frase del post de Agustín me parece esencial desde un punto de vista político (estratégico) y moral (una mínima solidaridad). El derecho debe responder a ambas cuestiones. España no puede ser bien visto si ejecuta una decisión de una naturaleza discriminatoria a estas alturas del desarrollo, al menos si no es bien visto, es polémico y eso sólo genera daño a la imagen del país. Negarle el acceso previamente a una persona puede sonar discriminatorio pero puede ser parte de una política migratoria demográfica. Negarle tratamiento médico una vez comenzado a recibirlo es muy distinto. Es fácil pensar que la decisión de España es correcta y muy probablemente en sentido económico lo es por políticamente incorrecta que sea pero si alguno de nosotros tuviese alguna relación familiar o parecida con cualquiera de los afectados la cosa cambia. No creo que en esas condiciones se pueda defender aquella decisión. Lo que se piensa de algo inevitablemente está sujeto a nuestra experiencia sobre ello.

    Ahora bien, si pudiese demostrarse que de no tomarse una decisión así de drástica probablemente morirían más personas por otras razones,(revueltas violentas, etc,,) por supuesto que sería diferente y tal vez sea así y eso entonces estará por verse.

  • Roberto Carrillo A.

    28 Jun 201228/06/12 a las 22:39 hrs.2012-06-28 22:39:28

    Estimada Martha,
    Claramente tienes razón que existe un error del origen del sistema de previsiones, puesto que materialmente no pueden cumplir con las prestaciones que ofrecen (se podría decir de forma coloquial que abarca mucho y poco aprieta). Claramente, como dice Agustín, no podemos tomar en consideración características personales como la nacionalidad para decidir si dar o no una prestación, no sólo por el juicio reprochable inherente que esto genera, sino por la irresponsabilidad e incapacidad de sostener un sistema con esos criterios con el paso del tiempo.

    Un mal sistema hará que los usuarios lo birlen, de una manera u otra, por tanto es mejor ser realistas y determinar las prestaciones que pueden cubrirse, de forma general y no discriminatoria.

  • Agustín Searle V.

    28 Jun 201228/06/12 a las 17:32 hrs.2012-06-28 17:32:28

    A mi parecer, a la hora de realizar reformas que impliquen reducción de costos, no pueden realizarse distinciones basadas en la nacionalidad de las personas. Si vamos a iniciar una política de recortes financieros, no veo ninguna justificación para realizar una distinción entre españoles y no españoles (en el ejemplo) o chilenos y peruanos como podría ocurrir en nuestro país y todos deberían sufrir por igual con la austeridad propulsada por las autoridades. En ese sentido concuerdo con lo que dijo Nicolás y otros compañeros más arriba.
    Otra cosa, más razonable, es que un país en crisis limite los ingresos de personas a sus fronteras. Eso tampoco es popular, pero en principio me parece razonable, toda vez que un gobierno debe asumir su responsabilidad con todas las personas que viven en sus fronteras. No sé si es razonable usar términos jurídicos y decir que los que ya ingresaron al país tienen un "derecho adquirido", pero a pesar de que el concepto no es preciso creo que ayuda a dar luces respecto de lo que quiero decir. Sin duda no es lo mismo negar el ingreso a España a una persona, que quitarle su tratamiento médico una vez que ya comenzó a recibirlo. Me parece cruel.

  • Martha Escariz O.

    27 Jun 201227/06/12 a las 01:53 hrs.2012-06-27 01:53:27

    creo que el error proviene del origen del sistema de previsiones, dar demasiadas y aportando un porcentaje que no puede sostenerlo, un sistema mal configurado desde su base. Ahora es importante promover la autoprevisión de manera paulatina, en el caso de España, quizás de forma más abrupta, pero creo que existen medidas que se pueden tomar menos drásticas que este punto, como enfermedades con tratamientos de menor costo y que no tienen la muerte como resultado final, o bien la co-participación en el pago de ciertos tratamientos, donde el estado ayude en algún porcentaje.

  • Martha Escariz O.

    27 Jun 201227/06/12 a las 01:47 hrs.2012-06-27 01:47:27

    Creo que el gasto fiscal debe reducirse de forma obligatoria en España, no tiene más remedio, si embargo creo que el político sólo pensó en este punto, no importándole en absoluto las legislaciones internacionales acerca de los derechos humanos, más en específico al derecho a la vida y a preservarla, y a la dignidad humana. Es difícil ver números rojos, pero más difícil es morir por no tener dinero.

  • Roberto Carrillo A.

    9 Jun 201209/06/12 a las 13:07 hrs.2012-06-09 13:07:09

    Estimado Dino, en realidad no creo que ese es el punto.
    Es cierto que existe un costo político inherente en toda decisión que tiene relación con un sistema de seguridad social (como determinar a quién aplicarlo, si al porcentaje más pobre de la población, y lo más discutido, si se podría otorgar al porcentaje más rico que podría acceder a él de forma particular), pero en este caso considero que tiene más relación con la posibilidad material de otorgar la prestación, va más por un tema de cantidad y no de calidad.

    Es cierto que el Estado está compuesto por personas, y ello conlleva todos los vicios propios de nosotros, pero por lo mismo existen políticas públicas, que deben ser ejercidas independientemente de quién sea el prestador, buscando la objetividad.

  • Dino Schiappacasse

    5 Jun 201205/06/12 a las 12:15 hrs.2012-06-05 12:15:05

    Concuerdo con José Vivanco, en que puede resultar que existen otras cosas respecto de las cuales resultaría ser moralmente correcto recortar el gasto. A la luz de lo anterior nuevamente se ve demostrado, que el Estado como se ha señalado en clases está compuesto por individuos que tienen los mismos defectos que cualquier persona normal, resérvandose el altruismo para casos sumamente puntuales.

    Por el otro lado, sin justificar moralmente lo anterior, quiero expresar que no solamente se ha ´tomado esta medida porque es mejor restringir el bolsillo ajeno que el propio sino que también porque resulta ser menos costoso políticamente, el disminuir derechos respecto de inmigrantes o una minoría, como he señalada en otro comentario.

  • José Vivanco P.

    4 Jun 201204/06/12 a las 22:49 hrs.2012-06-04 22:49:04

    Sé que puede sonar "panfletero", meramente ideológico, pero ¿es la prioridad para reducir el gasto? Me parece que existen muchos tópicos fiscales de los cuales se pueden hacer recortes antes de recurrir a la salud de un grupo de ciudadanos, como por ejemplo los sueldos y regalías de los mismos que toman estas decisiones. Sé que en la práctica quizá una reducción de esta índole no afecte la cuenta como debiera, mas me parece ser consecuente con lo que una sociedad democrática fundada en los derechos fundamentales debe ser: la defensora de éstos a capa y espada. Por lo anterior, a su vez, creo irresponsable otorgar prestaciones de esta índole (médicas contra una enfermedad mortal) en una modalidad que sea disponible para el soberano. Atenta contra la dignidad de quienes las reciben, la legitimación de la sociedad como democrática y, obviamente, contra la salud y la vida de los afectados por la decisión. Es preferible asegurar tales contingencias de modo que, el día de mañana, el ministro de turno no las quite para que el balance cuadre o, simplemente, no otorgarlas. Por lo menos en cuantía que jueguen con las expectativas de vida de una persona.

  • Esteban Godoy Rivera

    4 Jun 201204/06/12 a las 18:40 hrs.2012-06-04 18:40:04

    Como bien sostengo,a la hora de ser congruente con la declaración de principios valóricos que nos definen como República, cabe reflexionar que importa todo el hombre, todos los hombres y todo hombre. A raíz de las protestas de los países costa de Francia respecto de las consecuencias de sus experimentos nucleares en el Atolón de Mururoa, el país galo sostuvo que estadísticamente representaba "apenas" un 1%, La contraargumentación fue: una sola persona afectada es la humanidad toda.

  • Esteban Godoy Rivera

    4 Jun 201204/06/12 a las 18:31 hrs.2012-06-04 18:31:04

    Estimados: Entre posiciones con y sin sintonía con mi postura que se recogen en los comentarios, junto con constatar lo saludable que resulta la disensión, asumo, por una parte, que la caja fiscal pareciera ser insuficiente respecto de las necesidades sociales. Sin embargo, por otra, el punto de inflexión de la noticia en comento sigue siendo acotado: cooperación posible cuando es connacional versus si no lo es y que allí concurra una prevalencia del cuidado de los recursos. Sería de impetrar del Estado políticas de seguridad social a las personas, "provengan de donde provengan," como dice Nicolás, y si hay limitaciones presupuestarias, cabe esperar también "mayor prioridad en cuanto a prestaciones de salud," como afirma Dino. Es cierto que lo dice respecto de "tratamientos menos costosos y que en el corto plazo, puedan reintegrarse a la vida laboral." No es el caso de la noticia referida. ¿Cabe la negación en función de la gravedad y del costo? Alguien hizo referencia al aspecto cuantitativo de los afectados. Insisto, una postura tal reinstala el dilema. Subordinar la cooperación al número y no a la persona.

  • Dino Schiappacasse

    3 Jun 201203/06/12 a las 19:47 hrs.2012-06-03 19:47:03

    Estoy de acuerdo con Nicolás, personalmente.

    Ahora bien, alguien podría responder a lo planteado que fríamente para el Estado tienen mayor prioridad en cuanto a prestaciones de salud aquellas personas que no requieran tratamientos prolongados, menos costosos y que en el corto plazo, puedan reintegrarse nuevamente la vida laboral. Lo mismo podría decirse respecto de las personas que viven en la indigencia, ya que ellos perfectamente pueden integrarse inmediatamente a la vida laboral también. Esto es desde un punto de vista utilitarista y respecto a los beneficios que podría obtener la sociedad.

  • Nicolás Oyarzún Aguirre

    3 Jun 201203/06/12 a las 19:05 hrs.2012-06-03 19:05:03

    Estoy de acuerdo en lo que acota Dino. Sin embargo, me parece que el debate debiese ir orientado hacia determinar cuales de esas necesidades que reconocemos en las personas merecen una cobertura que podríamos llamar "a todo evento" por parte del Estado. En mi opinión, el sistema público de salud no debería distinguir entre las personas, provengan de donde provengan, y esa cobertura gratuita para los que no pueden pagar una salud privada es parte de aquello que no podemos transar en materia de seguridad social. De hecho, no se me ocurre otro ejemplo mejor en relación a las necesidades o contingencias debieran estar garantizadas en todo caso.

  • Dino Schiappacasse

    3 Jun 201203/06/12 a las 17:42 hrs.2012-06-03 17:42:03

    Concuerdo con la opinión de Roberto, creo que debemos tener en consideración las limitaciones de la hacienda pública. Este mismo ejemplo nos indica que el Estado no puede satisfacer todas las necesidades, ya que económicamente le es posible, ni tampoco humanamente. Hay que recordar que el mismo Estado está compuesto por otras personas que padecen de los mismos defectos que cualquier otro individuo, no se trata de un ser moral superior distinto a las personas y cuyos recursos son infinitos.

    Cabe agregar, que pese a las limitaciones anteriores si nos fijamos en el texto de nuestra CPR, ésta misma también se refiere a que el Estado debe contribuir creando las condiciones materiales que permitan la mayor realización posible de los individuos. En consecuencia, es manifestado que el Estado no puede cubrir una infinidad de necesidades. Asimismo, el Artículo 1 de la Constitución señala que una de las limitaciones ala premisa anterior corresponde a los derechos y garantías consagrados en ella. En este mismo caso no se vería vulnerado el Artículo 19n9, ya que se habla de la igualdad y libertad de acceso a los servicios de salud, por lo tanto se refiere solamente a que no exista discriminación y que los individuos puedan elegir respecto de los establecimientos. No se refiere a que exista asistencia estatal.

  • Roberto Carrillo A.

    3 Jun 201203/06/12 a las 15:55 hrs.2012-06-03 15:55:03

    Esteban, sumándome a las palabras de Nicolás, creo que es necesaria una reflexión frente a lo planteado por ti: "La falta de voluntad de los gobernantes para proponer y adoptar medidas posibles que solucionen o mitiguen la condición sufriente del ser humano y más aún, porque ello impacta en la caja fiscal, constituye una lacra ética y propicia una conclusiva motivación a la causa de los indignados".

    Yo realmente no considero que la imposibilidad que existe de dar cobertura universal radique en un estado deplorable o decadente de nuestra ética o de nuestra sociedad, de ser así todo el mundo estaría igual o pero. Creo que el problema de fondo es reconocer las limitaciones que tenemos en cuanto a caja chica (nuestra posibilidad de gasto), y una responsable acotación de contingencias a cubrir, de modo que logremos otorgar posibilidades a la gente y lograr emparejar la cancha, a través de las prestaciones en todas las áreas que comprende la seguridad social.

  • Nicolás Oyarzún Aguirre

    26 May 201226/05/12 a las 21:01 hrs.2012-05-26 21:01:26

    Esteban, no creo que sea correcto tildarlo de "una lacra ética", dado que la ética no es una sola, y bajo una determinada ética (y sobre todo bajo un determinado prisma filosófico y político) la solución que tu cuestionas puede ser más que correcta (deseable).

    El tema que menciona el profesor en su comentario (15) me recuerda el ejemplo que da uno de los autores de law & economics a sus alumnos (Calabresi, creo) en relación a ese Dios que le da la posibilidad a los hombres de obtener una herramienta que les otorgará muchos beneficis y comodidades, pero que cuyo uso causará cientos y miles de muertes por los riesgos que genera (automóvil). Y creo que verlo desde esa óptica puede ser ilustrativo. ¿Como? Pensando en las consecuencias que conllevan las decisiones de política pública en materia de seguridad social.
    ¿Estamos dispuestos a tomar una decisión que aumentará el bienestar general (por ejemplo: la reducción del gasto fiscal hoy, para paliar los efectos de una crisis económica profunda de tal forma de que mañana se vuelva a generar riqueza a niveles eficientes) a cambio de "sacrificar" a una pequeña parte del colectivo (por ejemplo: impidiendo que determinadas personas -que no tienen más alternativa para sanarse que acudir a la asistencia pública- tengan el derecho a recibir prestaciones médicas en el sistema público de salud, o derechamente marginándolos del sistema de seguridad social)?
    Yo creo que podría soportar más estar en el pellejo de quién responde de manera negativa a esta interrogante ("no esamos dispuestos a ello") que estar en el pellejo de quién decidió en sentido contrario.
    Pero eso, claro está, es mi opinión... y sin duda es cuestionable por quienes piensan lo contrario y se basan en otros principios éticos. He ahí el dilema.

  • Esteban Godoy Rivera

    26 May 201226/05/12 a las 19:37 hrs.2012-05-26 19:37:26

    Es la consecuencia de una sociedad subordinada al impacto de la estadística y de la cifra que define la salud robusta del mercado como marca distintiva del éxito y de la flagrante incongruencia entre la declaración de principios y de la acción que siempre es testimonio vivo del ser que somos. Afirmar que soporte de nuestro valor republicano es el humanismo, el respeto a la diversidad, la tolerancia y la búsqueda de una calidad de vida que le dé felicidad a sus ciudadanos y, al mismo tiempo, mezquinar solidaridad a otro para mantener en azul las cifras macros de la economía dada su ilegalidad como fundamento, no ratifica sino, nuestra precariedad humana y el reflejo de lo que en verdad prevalece: Definir al hombre como unidad económica. La falta de voluntad de los gobernantes para proponer y adoptar medidas posibles que solucionen o mitiguen la condición sufriente del ser humano y más aún, porque ello impacta en la caja fiscal, constituye una lacra ética y propicia una conclusiva motivación a la causa de los indignados.

  • Josefa Astorga

    24 May 201224/05/12 a las 20:42 hrs.2012-05-24 20:42:24

    Creo que esta breve pero desgarradora carta al director es sencillamente terrible, tanto en el sentido humanitario como en una mirada política.
    Privar a personas de tratamiento médico, sobre todo de una enfermedad tan grave y contagiosa como el VIH atenta contra el principio de dignidad humana que consagran la mayoría de las constituciones occidentales, puesto que el principio se refiere de forma genérica a los "humanos" y no a los ciudadanos de tal o cual país. Nadie querría estar en los zapatos de quien tiene que decidir sobre la vida de las personas.
    Por otro lado, concuerdo con la opinión de Nicolás con la idea que el Estado debe incentivar a cada individuo a generar su propia cobertura, pero creo, que no esto no se puede hacer de un momento a otro, sino que se debe planificar un sistema de transición, para que nadie se quede sin atención médica y a su vez, cada uno vaya generando un sistema de ahorros, o adhiera a seguros.
    Tal vez, en este sentido, sería bueno un sistema de seguro en que parte de la prima fuera pagada por el beneficiario y otra por el estado, progresivamente, hasta que se pagara completamente por el beneficiario de las prestaciones.

  • Álvaro Barros Astudillo

    24 May 201224/05/12 a las 19:57 hrs.2012-05-24 19:57:24

    En toda toma de decisiones debe existir una ponderación. En la vida privada de todos nosotros, el elegir hacer algo significa necesariamente el dejar de hacer otra cosa. En nuestras vidas particulares, la ponderación responderá a criterios individuales, donde los efectos principales de la decisión afectarán a quien la toma (ello no significa que no afecte a otros, muchas decisiones pueden tener efectos sobre otros, especialmente sobre los cercanos de quien toma la decisión.) Por lo tanto, dado el caso, el grado de afectación de terceros debe ser un criterio importante al momento de ponderar.

    Cuando el Estado debe tomar una decisión, la ponderación es mucho más compleja. ¿Debe el Estado español velar solo por los suyos o debe atender a las necesidades de todos los que se presenten frente a él?
    En ese sentido, ¿debe siquiera el Estado hacer frente a esas necesidades? Pareciera ser que la salud sí es una necesidad de las que el Estado debe hacerse cargo. Ahora, cuando el Estado debe tomar la decisión sobre en qué nivel satisfacer dichas necesidades, debe necesariamente ponderar varios elementos que se le presentarán. En ese sentido, quienes sean beneficiados y, principalmente, quienes dejen de ser beneficiados, es un punto fundamental (especialmente en cuanto a seguridad social se trata). Los recursos del Estado no son ilimitados, por lo que resulta imposible satisfacer todas las necesidades que se le presenten. Necesariamente algunos quedarán sin protección o con menor protección. La forma de evitar aquello sería obtener más recursos de los mismos ciudadanos, tal como en la carta se propone. Pero, siendo realistas ¿estaría el gobierno dispuesto a realizar una medida tan impopular? e incluso yendo más allá, ¿estarían los mismos españoles dispuestos a pagar más impuestos para salvar a esos 150 inmigrantes? Probablemente Federico sí, pero dada la situación económica del país, difícil que el resto sí.

  • Dino Schiappacasse

    24 May 201224/05/12 a las 19:10 hrs.2012-05-24 19:10:24

    En primer lugar quisiera aclarar mi postura, yo solamente abarqué el tema buscando cuál era la justificación o fundamento que había para implementar dicha política por parte del gobierno español, y por qué específicamente se ve afectado un grupo determinado.

    Por el otro lado, sinceramente, tras haber leído una serie de comentarios que suscitaron de esta "discusión", no he podido concluir cuál es el punto conflicto.

    En cuanto a mi opinión personal, creo que como se ha visto en clases todo sistema de seguridad social debe establecer cuáles son las necesidades sociales, es decir, aquellas carencias a las cuales están sujetos todos los individuos de la sociedad. De esta manera, se desprenden como necesidades sociales aquellas que son más básicas. En cuanto al caso expuesto se puede interpretar que hay una excesiva individualización por parte del sistema de seguridad social, ya que se trata de un grupo sumamente reducido y que como consecuencia demuestra que tampoco es posible tener un sistema de seguridad social que cubra las necesidades grupos específicos solamente, ya que habría que inventar una infinidad de instrumentos de cobertura como también fórmulas de financimiento. Lo que se concluye de ello es claro, un sistema de seguridad social no puede sobrevivir si sólo atiende a una variedad de grupos determinados de personas con necesidades específicas, no sería eficiente. No se trata de extender el sistema más allá de sus funciones en un principio, sino que trata de establecer un sistema general.
    Más allá de todo argumento moral y abstracción para encuadrar el caso anterior como una necesidad social, creo que el punto de discusión es que si se parte de la idea de que se está hablando de una necesidad social, quisiera saber cuáles son los instrumentos de cobertura y fórmulas de financiamiento proponen los partícipes de esta discusión, para que así un sistema de seguridad social pueda atender a grupos con necesidades sumamente específicas y que resista en el largo plazo.

  • Sebastián Jara Luengo

    24 May 201224/05/12 a las 16:40 hrs.2012-05-24 16:40:24

    Es muy acertada la forma que propone Nicolás, dado que si el Estado se pregunta sobre la procedencia de la cobertura de la necesidad, es porque se ve llamado o compelido a evaluarlo. Lo analiza porque ello determinará si él en particular la cubrirá. No tendría mucho sentido hacer tal evaluación ex post, para concluir que otro es el llamado a cubrirla, y haber perdido el tiempo buscando una tarea nueva para el Estado.

  • Nicolás Oyarzún Aguirre

    24 May 201224/05/12 a las 16:28 hrs.2012-05-24 16:28:24

    Pero si el Estado determina qué DEBE, a QUIENES, y qué PUEDE cubrir, luego de un proceso de deliberación democrático y transparente, ¿cabe hacerse la pregunta por el QUIÉN debe hacerse cargo?. Porque es claro que si el Estado da respuesta a esas primeras 3 preguntas, está asumiendo -de hecho- el deber de otorgar esa cobertura con fondos de carácter público (en concreto, a través del presupuesto de la nación).

    Distinto es, creo yo, lo que operaría bajo la lógica de la capitalización individual en la que se basa (por ejemplo) nuestro sistema, dado que bajo esta lógica el Estado no está obligándose a si mismo (como sería bajo el "DEBE" que formula Roberto) a otorgar la cobertura, si no que convierte en "obligado" a dicho deber a las mismas personas que padecerán las contingencias... En consecuencia el Estado no asume el deber de otorgar cobertura, si no que obliga al individuo a generar "su" propia cobertura (en general, sin entrar a los matices respecto a los aportes estatales, etc.). Creo que es en el marco de esta lógica donde cabe cuestionar el QUIÉN debe hacerse cargo de la cobertura (¿Estado? ¿La misma persona? ¿Organismos del mundo privado? ¿Mutualidades?), dado que bajo los supuestos que comentan Roberto y Sebastián, esa cuestión ya estaría resuelta.

  • Francisco Alvarado

    24 May 201224/05/12 a las 14:55 hrs.2012-05-24 14:55:24

    Si bien el determinar qué necesidades se deben satisfacer y a quiénes debe cubrir es relevante; no es menos importante recordar la pregunta respecto de QUIÉN debe hacerse cargo de estas necesidades. Si bien, el ejemplo es crudo y fuerte, no sería extraño si proviene del relato de un conocido de los afectados. ¿No suena cruel también decir: yo veo todos los días gente en la calle, los veo pasar frio y hambre, etc? ¿Debe entonces la sociedad cargar con el costo de construir una vivienda a cada uno de ellos? Antes de entrar si quiera en calificar la gravedad de la necesidad, la que sin duda nos impacta y gustaría que fuera satisfecha, cabe preguntarse si ésta debe ser un carga que toda la sociedad debe soportar. Toda atrocidad o necesidad, cuando es cercana y se relata con emotividad puede ser trágica y terrible, pero en términos objetivos no necesariamente es más importante que otras. Entre otras cosas, probablemente la decisión de recortar el presupuesto que permite asistir a estas 100 personas, sea determinante para poder satisfacer las necesidades de otras 200 las cuales pueden llegar a ser igual de relevantes.

  • Sebastián Jara Luengo

    24 May 201224/05/12 a las 12:04 hrs.2012-05-24 12:04:24

    Claro, y me gustaría agregar al comentario de Roberto, una vez que el Estado ve qué DEBE cubrir, y luego de ver a QUIENES debería cubrir, está la limitante de qué PUEDE cubrir. Ése es el límite, la restricción que debiera considerar la administración, y la sociedad a priori: ¿Estamos en condiciones de asegurar, prestar, tal servicio o bien como Estado? De ser positiva, debería prestarse, pero si caben dudas sobre la posibilidad futura, el análisis debiera ser lo más responsable posible, para evitar este tipo de situaciones como la española, y de Europa en general.

  • Roberto Carrillo A.

    24 May 201224/05/12 a las 00:46 hrs.2012-05-24 00:46:24

    Estimado Sebastián (SPIT):
    Quizás no me di a entender (y si es así te pido de antemano las correspondientes disculpas), lo que yo simplemente le decía a Dino es que el fondo del asunto no es si extendemos la cobertura de la seguridad social distinguiendo si son o no inmigrantes (considerar eso sería un análisis muy nimio del asunto, por decirlo menos). El tema es que el real problema es totalmente aplicable a nuestra realidad (al Chile de hoy), puesto que tenemos una ciudadanía cada vez más exigente (muchas veces con bastante razón y motivos para esto) y que demanda más y más necesidades, viendo como el país progresa y al parecer a muchos no. Entonces se genera la cuestión: ¿qué necesidad DEBE satisfacer el Estado? (DEBE: como un juicio normativo), puesto que luego se verá la extensión de esta prestación (a quienes), pero creo mucho más relevante el primer análisis (qué satisfacer).

  • Álvaro Pérez Sommariva

    23 May 201223/05/12 a las 17:41 hrs.2012-05-23 17:41:23

    Creo que lo que dice más arriba Eduardo Arrau es muy relevante. España en algun momento recibió bien la llegada de inmigrantes, sobre todo porque significaban en muchos casos un elemento beneficioso para la economía del país. Es poco razonable romper con esa expectativa formada por parte del estado español hacia los inmigrantes, sólo porque en este minuto es mas ineficiente costear sus cargas sociales que antes. No creo que el Estado deba dar reconocimiento a través del gasto fiscal a toda expectativa que crea, pero probablemente algo que merece darle más vueltas, es qué pasa (como en este caso) cuando el romper con las expectativas creadas por el Estado implican vulnerar el derecho a la vida.

  • Sebastián Pica Tellez

    23 May 201223/05/12 a las 09:23 hrs.2012-05-23 09:23:23

    Roberto,

    A mi parecer lo que tú dices no es excluyente con lo que expresa DIno, sino que es una forma distinta de entender el problema. Lo que estamos viendo es simplemente una carta que esta entregándonos información sobre una situación objetiva y bastante trágica por cierto, ahora uno vera que alcances tiene a su entender. Pero la verdad como dice Dino, se nos replantea no solo cuales son las necesidades que tiene que cubrir el Estado, sino a QUIENES y lamentablemente uno de los criterios que ha pasado a ser considerado por parte de España es la nacionalidad.
    Bueno aquí vemos que las consecuencias de las decisiones políticas de España, como manifiesta la carta, han apuntado directamente a los extranjeros, cosa que no podemos dejar de lado pero a la larga también llegaran a sus ciudadanos, veremos qué sucederá en ese momento.

    SPIT

  • Javiera Ocampo S.

    21 May 201221/05/12 a las 22:41 hrs.2012-05-21 22:41:21

    La carta, creo, denota lo que está sucediendo en muchas partes del mundo, sobre todo en los países donde se propugno y lucho incansablemente para instaurar un estado de bienestar. Esto porque a la larga ningún estado da abastos para poder cubrir todas las necesidades de todas las personas, y cuando se entra en crisis, resulta lógico (aunque terrible) buscar la protección de los nacionales, de nuestro "hermanos", dejando desprotegidos a los más indefensos, a los que miramos como diferentes a nosotros por el simple hecho de que no compartan nuestra misma nacionalidad. Este hecho demuestra la crueldad de los gobiernos, que en definitiva se rigen por cuestiones de utilidad, de ver que les conviene más, si ayudar a unos pocos que no tiene un peso real en la política del país o si resulta más conveniente proteger a los sujetos que inciden directamente, por ejemplo, en las elecciones de los gobernantes. Me pregunto que pasaría en Chile si nos encontráramos en una situación parecida...el gobierno sería lo suficientemente valiente para dispensar ayuda igualitaria a todos las personas, sin importar su nacionalidad? No lo creo.

  • Roberto Carrillo A.

    21 May 201221/05/12 a las 20:18 hrs.2012-05-21 20:18:21

    Estimado Dino: Creo que el la carta no iba tanto a ese tema, con todo el respeto del mundo te lo señalo, sino como podemos enfrentar el constante surgimiento de necesidades, y como podemos decidir cual es más valedera y meritoria de auxilio estatal. Es un tema no solo de cobertura, sino que necesidades realmente le corresponden al Estado solventar puesto que: ¿Acaso el Estado tiene que solucionar todas las vicisitudes que enfrentemos? Claramente no, por lo que tenemos que hacer 2 juicios:
    a) Qué necesidades creemos que corresponde incluir dentro de la seguridad social
    b) Qué criterios aplicamos para discriminar a las personas que requieran las necesidades exigidas.

  • Dino Schiappacasse

    18 May 201218/05/12 a las 10:23 hrs.2012-05-18 10:23:18

    La carta anterior simplemente demuestra las decisiones extremistas que se han tenido que tomar en Europa, tras haber establecido un sistema que en el largo plazo no iba a ser capaz de sobrevivir. Podría decirse, que el problema es que se tuvieron políticas migratorias absolutamente abiertas, sin nunca haber tenido en consideración que también estos inmigrantes iban a envejecer y que además tendrían sus propias familias. Esto no es una crítica a la inmigración, es sólo un comentario que alude a que los europeos no fueron capaces de prever las consecuencias de un modelo de sociedad que querían construir en el largo plazo, ni tampoco este punto de vista involucraba el tener un punto de vista integral de todo esto.

    Cabe agregar, hoy en Europa el nuevo problema que se plantea producto de la crisis es el establecer ¿quién es europeo? ¿quién tiene acceso a los beneficios que ofrece el ser reconocido como tal? Esta pregunta a la vez plantea una de las aristas bajo las cuales, probablemente se va orientar la política europea. Es menos costoso tener que enfrentar el repudio de una minoría excluida, que el de una mayoría que calza con la categoría anteriormente señalada, que pese a ser considerados como iguales nominalmente en los hechos no son prioridad ni se consideran un agente en las decisiones, ya que se mira el conflicto como si fuese de supervivencia.

  • Roberto Carrillo A.

    13 May 201213/05/12 a las 02:54 hrs.2012-05-13 02:54:13

    Realmente es fuerte la carta, puesto que nos señala una realidad que todos conocemos, pero que es más fácil hacer oídos sordos: las necesidades son múltiples, pero los recursos son finitos. Al respecto, más nos choca cuando la necesidad redunda en la vida misma, pero que vemos que el erario público no podría solventar todas las necesidades de la población, por más imperiosas que sea, como en el caso dado, por lo que de inmediato nos genera un sentimiento de injusticia, como si algo hubiese sido quitado de nuestras manos.
    Considero que la decisión, por más dura que sea, debe hacerse, por menos políticamente correcto que suene mi opinión, porque pretender una cobertura universal es irreal, considerando los diversos efectos que ello implica.
    De todas maneras a nadie le gustaría estar en el pellejo de quien toma la decisión, pero lamentablemente alguien tiene que tomarla, y al hacerlo nos da muchas otras prestaciones, por lo que no veo la situación como un debate "vida vs fisco" sino como la imposibilidad de una cobertura, contra la cobertura de muchas otras necesidades o políticas públicas.

  • J. Pablo Ruiz de Gamboa

    8 May 201208/05/12 a las 15:29 hrs.2012-05-08 15:29:08

    Por motivos ajenos a la cátedra se me presentó el siguiente dilema: Como en Rawls, existía una comunidad dividida en dos, que al no saber lo que iban a recibir de parte del Estado optaban por repartir más o menos equitativamente lo que llegaba. Así, un dirigente de cada grupo cuando recibía ayuda optaba por compartir con el bando contrario, primero porque al mantener una sana convivencia se aseguraban que si nunca más les llegaba algo, al menos los otros, pensaban, iban a compartir. En segundo lugar, lo hacían porque el Estado (la Municipalidad en realidad) no mira con buenos ojos las iniciativas particulares al entregar recursos públicos y prefiere operar con una comunidad completa. Donde sean más, mejor, en términos de auto propaganda política. El problema vino cuando un tercero, una EGIS (empresa de gestión de inversiones sociales) propuso obtener subsidios habitacionales para la comunidad. La mayoría aceptó, unos cuántos se opusieron. El resultado final, fue que quedaron 5 familias que, por diversos y legítimos motivos, no quisieron o pudieron cambiar de lugar. Los que aceptaron viven hoy cómodamente en un barrio creado específicamente para y por sus necesidades. Las 5 familias quedaron en el lugar original y como dejaron de ser una comunidad cuantitativamente significativa, la Municipalidad no volvió a entregar ayuda, y su posición respecto a la situación primitiva, empeoró drásticamente. De lo anterior, ¿Es válido para el Estado, o quien sea, intervenir comunidades sabiendo que de su acción se pueden desprender consecuencias nefastas para las personas? Uno podría decir, "tuvieron la opción de escoger y optar por el subsidio habitacional", pero esa opción no es otra cosa que coacción al hacerlos elegir entre "mejoras según nuestros términos, o empeoras según los tuyos". Nunca he podido resolver el tema de la calidad moral que tiene cada uno para intervenir en la vida del otro, y menos aún imaginar una respuesta completamente satisfactoria a nivel estatal. No es muy distinto lo que pasa con España. Las acciones de quien detenta el poder tienen consecuencias en una vida determinada, y esta aseveración tan simple como significativa no parece ser el paradigma de quienes crean, extiguen y modifican responsabilidades estatales, al menos desde hace mucho tiempo. Las políticas públicas perdieron el foco y enajenaron al sujeto hacia quien se dirigen. Quizás debamos retomar el concepto de libertad sin perder la cuota de humanidad que hace posible el despliegue de las acciones y su armonía con el entono, pero libertad sin contenido e intervención sin una justificación que agote la problemática propuesta, es volver a pisarnos la cola y caer en la misma crisis de legitimidad institucional, una y otra vez.

  • David Moreno N.

    6 May 201206/05/12 a las 23:24 hrs.2012-05-06 23:24:06

    El Estado debe tomar medidas para palear la crisis brutal que está azotando España, sin embargo, ¿Hasta dónde estará dispuesto llegar para conseguirlo?, estando en juego la vida de las personas creo que la respuesta debería ser obvia. Pese a lo que cada uno pueda creer moralmente correcto, como ha sido mencionado en otros comentarios, es claro que se harán discriminaciones, arbitrarias o no, para poder salir a flote. Sin embargo, y teniendo en cuenta argumentos de carácter moral, una medida como esta que afectase directamente la vida de las personas, debería ser adoptada por la sociedad en conjunto, abriendo espacios deliberativos tal como se ha dicho anteriormente.
    Pero, para mi, el problema está en la política migratoria que han establecidos países desarrollados, sobre como se trata y se regula la situación de los inmigrantes, y como el Estado se hace "responsable" por ellos. De ahí los costos que acarreen, además de la contribución de esta mano de obra a la producción del país.

  • Claudio Palavecino

    6 May 201206/05/12 a las 22:42 hrs.2012-05-06 22:42:06

    Coincido con Felipe en que este tipo de decisiones terribles las adopta el Estado todo el tiempo. Siendo limitados los recursos incluso en tiempos de bonanza económica -tanto más en tiempos de crisis- necesariamente se debe tomar decisiones que excluyen del reparto a determinados sujetos o colectivos. La racionalidad de la decisión nunca será satisfactoria desde el punto de vista moral cuando los perdedores son seres humanos ya que el bienestar de unos no compensa el mal que sufren los otros y en tal sentido, concuerdo con el autor de la carta en que no me gustaría estar en el pellejo de quien decide. La necesidad de este tipo de decisiones se presenta incluso cuando el Estado no opera como reasignador de recursos sino en su rol más propio de delimitados de las libertades. Piensen en el ejemplo del tráfico rodado. Sabemos que estadísticamente el tráfico rodado causa miles de muertos cada año. Esas muertes podrían evitarse con una simple prohibición y, sin embargo, imagino que pocos estarían de acuerdo con ella.
    Por otra parte me parece que la cuestión no se resuelve mediante la invocación de los derechos fundamentales y de su tutela judicial. Eso solo agrava el problema porque decisiones tan complejas requieren una visión más amplia de la que tiene el juez ante el caso concreto y, precisamente por su implicancia moral deben adoptaras en un nivel deliberativo que disponga de mayor legitimidad democrática que un tribunal.
    Saludos cordiales.
    CP

  • José L. Cumian P.

    6 May 201206/05/12 a las 22:39 hrs.2012-05-06 22:39:06

    Esta gran disyuntiva entre lo políticamente correcto y lo correcto, nuevamente nos golpea fuertemente en nuestras susceptibilidades. Si bien es cierto que como país España está tratando de salir de su déficit, a costa de todo, no es menos cierto que en esa "carrera alocada" está pasando a llevar a quienes no existen para ellos, los inmigrantes, a los que no aparecen en las cifras sino como un problema y que en definitiva generan este "gasto" del cual ellos deben hacerse cargo. Pero, parece absurdo que con la ayuda que se le da a un humano se pretenda suplir lo que en la misma economía española no ha funcionado correctamente. Me hace recordar el gran problema que hace un par de años se suscito en Francia, la cuna de la gran Declaración Los Derechos del Hombre y del Ciudadano, cuando alegaban el gran problema que estaban generando los inmigrantes en Europa y especialmente en dicho país, respecto de la seguridad, y las coberturas sociales de las cuales debían hacerse cargo. Creo que si abren las fronteras, para vender y comprar productos, para contratar mano de obra barata, para que los extranjeros dejes sus dineros, y para generar un sentimiento de unidad europea, me parece lo mas grosero que se cierren las puertas, a las personas que son el fin en si mismas por el cual vive este sistema.

  • Felipe Hepner A.

    6 May 201206/05/12 a las 21:27 hrs.2012-05-06 21:27:06

    El estado esta todo el tiempo tomando decisiones mediante las cuales entrega cobertura a ciertos individuos o grupos sociales, o mediante las cuales simplemente decide no amparar a otros cuantos. Estas, son decisiones políticas y no nos debe extrañar que en un contexto de recortes fiscales el estado español decida proteger los intereses de ciertos grupos (españoles) por sobre los de otros tantos (inmigrantes en el caso puntual). Fuera de lo anteriormente mencionado, considero que los hechos relatados son terribles y se desarrollan en el límite de lo que algunos podrian considerar una vulneración de Derechos Fundamentales. A lo que habrá que atender para determinar, a fin de cuentas, si el actuar del estado español es uno legítimo no es a si este es discriminatorio (porque claro que lo es), sino a el hecho de que esta situación pueda tener su razón de ser en una discriminación no arbitraria y fundada (en principio, en una situación de crisis, que el estado se preocupe de mantener la protección de sus ciudadanos por sobre los extranjeros no suena tan descabellado).

  • Nicolás Ried

    6 May 201206/05/12 a las 19:48 hrs.2012-05-06 19:48:06

    La decisión sobre la vida es una decisión política. En este caso queda en evidencia: la comprensión del otro como un radical otro, como un enemigo, cuya vida es disponible por el soberano. El despojo de la vida, en todo sentido. De destacar es sin duda la política violentista impulsada por la Comunidad Europea en relación con los extranjeros, pero que en este caso no es cualquier tipo de extranjeros: se reanima la lucha social por los derechos de los portadores de VIH, los que políticamente son el gran reducto político de la comunidad lesbo-homosexual.

    Si bien el estado no está matando, está negando la ciudadanía (en sentido de construcción de la 'polis'), no aquella que se reduce al voto en urnas, sino aquella de participación: niega la vida como participación. El derecho, en este sentido político, en un sistema pluralista y democrático, no puede clasificar legítimamente las vidas y jerarquizarlas según determinados valores: ¿por qué la vida de un español vale más que la de un rumano?, ¿por qué la vida de un homosexual no puede ser vivida y la de una heterosexual sí?

    Los marcos de la violencia están aquí presentes, sin duda. Sin embargo, no son el único lugar en que se manifiestan: el estado policial que se ha apoderado del mundo que se autoproclama democrático, necesita saber con exactitud todos los tipos de identidad de las personas, para clasificaros y jerarquizarlos; pero eso, no puede ser función estatal, no puede ser un criterio público, precisamente porque no es 'público': el criterio lo define el estado, sin acto democrático alguno mediante.

  • Pablo Ortúzar M.

    6 May 201206/05/12 a las 17:49 hrs.2012-05-06 17:49:06

    Aquí el autor confronta una decisión de Estado, como asumir la responsabilidad fiscal, con la situación de individuos que se ven afectados por esa decisión y pretende dejar abierta una "tercera posibilidad" que no existe al ser buscada en la realidad. O que existe en la imaginación socialista solamente: "que paguen la crisis los ricos". Lo interesante son las consecuencias de pretender llevar ese eslogan a la realidad, que es hundirse varios peldaños más en la propia crisis.

    Es interesante también que el autor distingue explícitamente entre "turistas sanitarios" y "no turistas sanitarios", dando a entender, implícitamente, que si se "deja morir" (o el estado no atiende) a los "turistas sanitarios" no es tan grave, pero sí lo es respecto a los otros.

    Si uno mira esto en perspectiva, los "asesinos" serían los políticos que construyen tinglados institucionales que (saben que) son insostenibles en el tiempo, agrandando el estado hasta que colapsa sobre, ellos esperan, algún otro gobierno. Y de paso "matando" personas, dejándolas sin casa, etc etc.

    El capitalismo chatarra (construido a partir de la asociación de monopolistas y las oligarquías estatales) y las políticas socialistas tienen en común construir realidades sobre el riesgo del futuro, asumiendo una riqueza que no existe todavía y convirtiéndola en presente como crédito e inflación, y la irresponsabilidad en la construcción de esa realidad de castillo de naipes hace justamente que ese futuro próspero no exista. Esos señores con sida sufrirán hoy lo mismo que las miles de personas en EEUU que quedaron sin casa. Y no hay salida fácil al problema, como dijo Ron Paul: "el futuro está aquí, pero la riqueza no", pero sí deja una lección.

    Recomiendo dos videos:

    Jesús Huerta de Soto: explicación de la crisis en 30 mins.
    www.youtube.com/watch?v=p4rlTUuTWZY

    Una entrevista a Ron Paul (candidato libertario del partido republicano norteamericano):
    www.youtube.com/ ... lUIVc&feature=relmfu

  • Eduardo Arrau V.

    6 May 201206/05/12 a las 15:32 hrs.2012-05-06 15:32:06

    Desde un punto de visto "lógico-social" tampoco la decisión del gobierno Español parece correcta. Se permitió, toleró (o necesitó...), el ingreso de inmigrantes a ese país hasta cifras importantes de la población total (12%).
    En términos prácticos todas esas personas pertenecen de alguna forma al país y no tiene sentido negarles, por un hecho contingente, un derecho que se les otorgó por años y menos si está vinculado a una garantía (que siempre a generar controversia) que otorga el estado al ser humano como la vida. En realidad perfectamente medidas menos "horribles" pueden decretarse para realizar la anhelada austeridad fiscal. El país tiene que tomarse la ponderación de prioridades en serio.

  • Rodrigo Vargas

    3 May 201203/05/12 a las 22:24 hrs.2012-05-03 22:24:03

    Lo peor del caso, es que España aún no alcanza las metas de austeridad que pide la Unión Europea, quizás que tragedias aparecerán después.
    Y más aún, nada asegura que las políticas de austeridad en el gasto fiscal sean la panacea tal como lo plantea la mayoría dominante de la doctrina económica actual (en lo personal tengo mis dudas al ser poco más que un lego en Economía, pero hay autores serios que han planteado la cuestión)

  • Tomás Labbe B.

    3 May 201203/05/12 a las 21:08 hrs.2012-05-03 21:08:03

    ¿Cuál es la lección? No recortar los planes de salud con tan horrible discriminación y sangre fría... o no tener amplios servicios estatales para no tener nunca que verse en la disyuntiva?

  • Fabián Beltran A.

    3 May 201203/05/12 a las 19:29 hrs.2012-05-03 19:29:03

    El derecho sobre la vida y la muerte al desnudo, casi de forma plástica. Nada más ni nada menos. Lo único que me llama la atención, más allá de lo lamentable que pueda ser el caso, es que se decida matar (o dar menos posibilidades de vida vía Estado) a ese conjunto de personas. ¿Por qué? porque pese a todo lo que se diga contra los inmigrantes, son un gran aporte en cuanto población activa. Y, por lo mismo, son necesarios en una situación de crisis. Extiendo la señal contra un grupo de inmigrantes al resto, en tanto que la medida es un acto simbólico para el resto ( "los inmigrantes valen menos para España"). Parece que quieren recortar hasta fuentes que aumentan el presupuesto, lo que es mucho más terrible y estúpido.

  • Diego Ibarrola

    3 May 201203/05/12 a las 18:47 hrs.2012-05-03 18:47:03

    En este momento España es sinónimo de recortes de todo tipo para la población, pero el Rey puede darse el lujo de andar cazando en África con el dinero de los contribuyentes. Esa sí que es seguridad social, lástima que para acceder a ella, hay que tener sangre azul.

  • Andrei Candiani G.

    3 May 201203/05/12 a las 09:45 hrs.2012-05-03 09:45:03

    Trágico. Europa se esta cerrando ante la inmigración, y pese a la crisis siguen llegando miles de africanos buscando un "futuro", pues de donde vienen no hay siquiera un "presente". El ejemplo de las elecciones francesas demuestra hasta que plano ha llegado esta fobia contra los inmigrantes. Desgraciadamente Europa no es la tierra de las oportunidades, y menos ahora. Por consideraciones humanitarias no deberían dejarles sin tratamiento, pero chocaron con el desastre de los recortes en sanidad.

  • Nicolás Oyarzún Aguirre

    2 May 201202/05/12 a las 23:54 hrs.2012-05-02 23:54:02

    Federico se pregunta por el sentir del político ante la disyuntiva "ahorro fiscal" versus "tratamiento médico de inmigrantes enfermos".

    Yo creo que el político sencillamente no llega a hacerse dicho cuestionamiento.
    El político mira en una pantalla las cifras negativas o lee un informe de sus colaboradores (cuyos despachos están adornados con diplomas y reconocimientos varios) indicándole la necesidad de acabar con un determinado gasto para reducir la brecha del temido déficit fiscal, y decide suprimir esas prestaciones.. partiendo, obviamente, por aquellos cuyas voces no pueden hacerse escuchar, por los "N.N.", a los que por cierto nunca tendrá la oportunidad de conocer.
    Yo tengo la esperanza de que los políticos (en este caso -en última instancia- el señor Rajoy y sus colaboradores) no han llegado a cuestionarse el que su decisión probablemente le costará la vida a decenas de personas que no podrán acceder a los tratamiento médicos, y han decidido solo mirando una pantalla o leyendo informes. Por que si se han representado las consecuencias últimas que podría tener esta política sanitaria, y estas no los han hecho cambiar de parecer (o a lo menos reformular la dureza de esta nueva normativa), cabría cuestionarse cuanto hay de humanidad en ellos.

    Finalmente, comparto con mis compañeros sus inquietudes respecto a la constitucionalidad de este tipo de medidas (dependiendo de lo que disponga el sistema constitucional español, que desconozco)

  • Mariana Garay S.

    2 May 201202/05/12 a las 22:38 hrs.2012-05-02 22:38:02

    Esta Carta al Director me recuerda a la discusión que sostuvimos en clases respecto a la necesidad de una Reforma Tributaria para el financiamiento de la previsión social por ejemplo, en la cuál nos hacíamos la pregunta de por qué se requería financiar del bosillo de algunos la mala vida o el mal porvenir de otros ciudadanos, ciudadanos marginales, que prácticamente no entregaban ninguna utilidad a la sociedad y de la misma manera mencionamos a los indigentes, o enfermos terminales.

    Sin embargo, volviendo al tema en específico, creo que esta decisión del gobierno español es muy poco sensata , creo que temas humanitarios traspasan las fronteras. Todos conocemos y entendemos la situación económica que sufre España hoy en día, pero creo que de ninguna manera es justificable que se produzca una reducción al gasto fiscal que produzca tales consecuencias.

    Desconozco en detalle como funcionarán las garantías constitucionales en España, pero me parece que claramente dejar a personas, que por provenir de otro país, o por tener una condición de salud desfavorable, en un estado que probablemente termine acabando con su vida, o dejándola en un estado deplorable, debe afectar un precepto constitucional o por lo menos la conciencia de la gente del gobierno español.

  • Sebastián Jara Luengo

    2 May 201202/05/12 a las 21:32 hrs.2012-05-02 21:32:02

    A veces la necesidad ha llevado a la humanidad a tomar decisiones atroces, como ésta. Me pregunto si medidas que afectan la salud, y directamente la vida de las personas son consideradas (como pensará el hombre promedio, mas o menos dentro de lo que me considero) son consideradas por los políticos y "los que toman las decisiones" como la última ratio. Esperaría a agotar cada herramienta estatal para reducir el déficit, lo que es extremadamente necesario, evitando a toda costa que se afecte la vida de otro.
    Alguien ahora podría pensar, "son ilegales, nadie los manda a parar a España", o "de dónde proviene la obligación del Estado de guardar la salud de los enfermos de VIH", y en realidad, al momento es sólo el sentido común, y ese sentimiento cristiano-occidental lo que me obliga a afirmar y reafirmar que NO podemos simplemente dejar que los enfermos (y los mendigos también) mueran a su suerte.
    Es una pena si se concretiza lo que anuncia la carta, no por ser inmigrantes ilegales, o enfermos de VIH, alguien pierde la calidad de persona o sujeto de derecho, y los efectos que una medida como esta provoca simplemente niegan, o dan un concepto bastante alejado de lo que hemos aprendido en estos 4 años de carrera acerca de lo que significa ser persona.

  • José Varela P.

    2 May 201202/05/12 a las 20:17 hrs.2012-05-02 20:17:02

    Fuerte pero real. A estos extremos puede llegar la reducción del gasto fiscal. Ahora, si bien es necesario, sobre todo en España, reducir las prestaciones en pos de mejorar el déficit fiscal y la situación de su economía (su desempleo está en el 24%), existen ciertos límites que estamos obligados respetar, y uno de ellos, sino el más importante, es la salud. Me parece que hay un umbral que no se puede cruzar.