La lectura menciona la necesidad de hacer un screening o tamizaje de los aspectos cognitivos (página 160 del capítulo), entre los que menciona memoria, lenguaje y percepción, a muy grandes rasgos.

En forma frecuente, algunas habilidades cognitivas pueden estar alteradas (especialmente en contexto de afectación neurológica, ya sea por injuria o por uso de fármacos). No es necesario tener habilidades lingüísticas ni cognitivas conservadas para realizar una evaluación clínica de deglución: muchas veces estarán frente a personas con afasia o con compromiso de funciones cognitivas, a quienes deberán evaluar la deglución. Ustedes aún deben aprender más respecto a funciones cognitivas en el curso ICCA.

En clases indicamos que se debe observar la orientación en espacio, persona, tiempo y condición. Sí se puede realizar una evaluación clínica de la deglución si la persona se encuentra parcialmente orientada, o incluso, si está desorientada, pero sigue instrucciones y es adecuada en comportamiento.

Es muy relevante que la persona coopere durante la evaluación o que, al menos, su nivel de cooperación no interfiera con la evaluación (por ejemplo, que no quiera ser evaluada/o, que presente conducta oposicionista, que rechace algún procedimiento). La cooperación es muy importante para evitar un sesgo en la interpretación de resultados, para evitar riesgos durante la deglución pero, aún más relevante, porque todo procedimiento requiere consentimiento informado.

Es posible que una persona tenga compromiso cognitivo y no se encuentre en condiciones de consentir la evaluación, que esté a cargo de un representante legal - cuidador que tome las decisiones respecto a su cuidado médico y clínico (por ejemplo, personas con demencia). Si la persona no quiere ser evaluada no es posible evaluarla. Si la persona no coopera, difícilmente puede ser evaluada.

En algunas ocasiones, por ejemplo, cuando hay trastornos de la volición, es posible que, habiendo consentido la evaluación, no exista suficiente colaboración. Se debe evaluar en cada caso si es posible continuar con la evaluación clínica o suspenderla. 

Todos estos aspectos se evalúan a modo de screening (nivel de vigilia, nivel de alerta, orientación, funciones cognitivas, lenguaje, aspectos perceptuales), observando que la condición general de la persona sea apropiada para realizar una evaluación clínica de la deglución. Si hay sospecha de alteración de alguno de estos elementos, independiente de la evaluación de deglución, se debe considerar la necesidad de evaluar en profundidad ese aspecto en forma separada (en siguientes evaluaciones).

Se registran e informan los aspectos cognitivos o de otra índole observados durante la evaluación clínica de la deglución. Para la toma de decisiones, la/el profesional debe adaptarse a las necesidades de la persona evaluada y valorar si es posible o no llevar a cabo (o continuar realizando) una evaluación clínica de deglución segura e informativa.

Espero que les sea útil este mensaje.

Saludos y éxito en el estudio